Paula Sánchez: “Mucha gente dice que las peleas femeninas son aburridas, pero yo quiero demostrar que están equivocados”
La malagueña atiende a AS antes de su debut profesional en la gran velada que WOW ha preparado para su regreso a Madrid.


Paula Sánchez (0-0) está a horas de su debut profesional en las MMA. La malacitana estará acompañada por su equina habitual, entre los que se ubica Enrique Marín ‘Wasabi’ en un combate que la enfrentará a la campeona de España, Mercedes Custodio.
La andaluza atiende a AS para hablar la decisión de su salto a profesional, su etapa en Australia y del peligro de su pegada con guantillas de 4 onzas.
¿Quién es Paula Sánchez?
“Bueno, pues yo soy Paula (risas). Soy de Málaga, tengo 28 años, soy opositora a Guardia Civil, de hecho estaba estudiando ahora, y también soy peleadora de MMA”.
“Entreno en el gimnasio de Juan Trigo aquí en Málaga y hago training camps en Sutemi, en Sevilla”.
Como comentaba, es de Málaga pero tiene un fuerte vinculo con el Sutemi de Sevilla, ¿a qué se debe?
“Mi equipo de Málaga está siempre en mi esquina, obviamenre. Es mi gimnasio de toda la vida. Pero Enrique (Wasabi) y Sara de Sutemi también me suelen acompañar porque mi gimnasio de Málaga es un gimnasio de Muay Thai originalmente, pero como aquí entrenaba Piera ‘La Fiera’, que ahora esta en UFC, empezaron a implementar suelo y lucha”.
“Ahora ya tenemos Lucha, Jiu Jitsu y Muay Thai, pero no tenemos MMA como tal. Entonces, para poder combinar todo empecé a ir a Sutemi, me hicieron sentir como en casa e hice una gran relación con Wasabi y Sara y así surgió nuestra relación”.
Si sus inicios son en el Muay Thai, ¿podemos decir que su base es de striking?
“Soy striker, eso es. No se me da mal la lucha y ya soy cinturón azul de BJJ, pero a mi lo que me gusta es legar. Si tengo que ir abajo, vale, pero no es lo que más me gusta”.
¿Cómo descubrió las MMA?
“No lo sé. Era joven, tenía 19 años y mi madre me veía frustrada y me dijo que probase a entrenar y me encantó y rápido quería pelear. A los 6 meses ya estaba peleando de hecho”.
¿No había antecedentes de peleadores o de practicantes de deportes de contacto en su familia?
“Nada, nada. De hecho, mis padres no quieren que compita y me pegue. Lo aceptan pero no lo llevan bien. Solo han venido a verme pelear en K-1 y de un cabezazo me abrieron una brecha de 7 puntos. Les he dicho que no vuelvan a venir nunca más (risas)”.
¿Sus padres no van a estar presentes en su debut?
“Espero que no. Han dicho alguna vez que van a ir a verme el día que menos me lo espere, pero espero que no ocurra”.
“No me gustaría que vinieran porque suelo ganar todas las peleas y justo en la que vinieron me fue mal. Entonces prefiero seguir así”.
De no haber ganado su última pelea amateur, ¿hubiera pasado a profesional igualmente?
“Obviamente yo no quería pasar viniendo de una derrota, eso lo pensé, es verdad. También es verdad que quería pasar ya. Yo realmente me preparo y peleo como una profesional: en WOW peleamos sin tibiales, la única diferencia es el tiempo y las rodillas y codos a la cara”.
“Yo veía que me preparaba como una profesional y en vez de ganar dinero lo estaba perdiendo y quería saltar ya, aunque si es cierto que la victoria me ayudó a dar el paso, pero este año iba a debutar sí o sí en profesional”.
¿La iniciativa de dar el salto es suya o la han dado ese pequeño empujón?
“Ha sido cosa mía. Yo he peleado en Australia y allí peleabamos con guantillas de 4 onzas. Yo ya se lo que es pelear con guantillas pequeñas y hablando con mi entrenador sabíamos que hay gente de mi nivel peleando en profesional. Y no se habló mucho más. Ver a tu entrenador convencido y mis ganas de iniciar este camino fue suficiente”.

¿Cómo ocurrió eso de pelear en Australia?
“Pues porque estuve viviendo allí. Me apunté a un gimnasio allí y justo empezaron a sacar peleadores de MMA. Con dos clases de Jiu Jitsu ya me ofrecieron una pelea y dije que sí. Y empecé así, sin más”.
“Yo me fui allí 8 meses a estudiar inglés y me quedé 3 años. Como entrenaba y me ofrecieron pelea, ni me lo pensé”.
¿Qué es lo más diferente de la preparación a profesional con respecto a la etapa amateur?
“Feliz de usar codos, porque entrenarlos, los entreno siempre. Sin embargo, el cambio y la adaptación es pelear en asaltos de 5 minutos, ahí si hay cosas que cambiar”.
¿Tiene ganas de volver a Madrid? ¿y de estrenarse en el Madrid Arena?
“Sí, me encanta ir a Madrid. Aquí es todo muy a lo grande y es una pasada. El Madrid Arena también es un incentivo. Estabamos viendo si aceptabamos la pelea y si era el momento de debutar, pero cuando vimos que era en Madrid, no tuve que pensar mucho más”.
¿Es una persona a la que le influye el ambiente?
“Sí, cuanta más gente, para mí mejor. Me gusta que la gente pueda ver mi trabajo y se valore. Soy striker y me gusta dar espectáculo, independientemente de si lo consigo o no”.
“El show es lo que realmente venda y si hay una buena cantidad de gente, todo es más grande y relevante”.
¿Como ha ido el corte de peso?
“Muy bien. Cuando sufro es peleando en 57 kilos, pero para ir a 59 no reboto demasiado. Esta última semana semana solo me queban por bajar 3 kilos”.
“Es la mejor bajada que he hecho. Mi dieta no es igual que cuando estoy fuera de campamento, pero también es cierto que me he llegado a permitir días libres incluso. Después de la pelea con Tania Calle aprendí a hacer las cosas bien”.
¿Qué objetivos se ha propuesto para esta nueva etapa?
“No me presiono demasiado pero quiero llegar lo más lejos que pueda. Estoy muy feliz peleando en WOW, es genial y nos permite pelear al máximo nivel sin tener que salir fuera”.
“Todos soñamos UFC y cosas así, pero eso es difícil y muy sacrificado. Yo hago este deporte porque a mí me encanta, me apasiona pegar y pegarme, pero ciertos niveles te exigen sacrificar muchas cosas”.
“Yo ahora estoy estudiando para Guardia Civil y no creo que ahora mi objetivo de vida sea llegar a la UFC. Intento hacer buenas peleas, dar el máximo y si me llaman genial, pero mi punto no es el de apostarlo todo a una carta”.
Guardia Civil y MMA: ¿cuál es plan A y cuál plan B?
“Quizá, el día de mañana, las peleas se conviertan en plan B. Si por ejemplo entro a la academia, me tengo que ir 9 meses a Baeza y no voy a poder seguir entrenando”.
“Quiero seguir peleando pero ese parón va a llevar algún día. Lo que me va a dar de comer, una casa y una familia va a ser algo como la Guardia Civil y no las peleas”.
Una cosa llamativa es que la mayoría de peleadoras no tenéis orejas de coliflor, ¿eso es por qué ponen especial cuidado esa parte del cuerpo o a qué se debe?
“No quiero orejas de coliflor pero no las cuido, la verdad. No me pongo nada y si tengo que entrar como una bruta a derribar, entro”.
“Es cierto que las mujeres no somos tan propensas a tenerlas, pero en mi caso no es por el cuidado que le tengo. Yo quiero tener mis orejas y mi cara perfectas (risas). Yo no soy la persona que más lucha entrena de este mundo, pero tengo amigas que sí dedica casi todos los días de la semana y tampoco tienen. Conozco hombre que con 3 clases de lucha les sale pero no sé porque a nosotras no”.
Además de una victoria, ¿qué espera llevarse de su debut profesional?
“Me encantaría hacerme un KO, vaya (risas). Quitando eso, me gustaría que mi pelea no sea demasiado fea. Mi rival tiene background de lucha y su último combate fue poco emocionante. Quiero que haya muchas manos, striking y que la gente no se aburra”.
“Mucha gente dice que las peleas femeninas no son como las masculinas en cuanto a espectáculo, pero no siempre es así y quiero demostrarlo”.
¿vamos a notar el paso a las 4 onzas de Paula Sánchez?
“Creo que sí, porque sé que tengo la pegada fuerte y mi único KO es con guantillas de 4 onzas. Yo creo que para ser mujer tengo pegada, pero será mejor descubrirlo este sábado”.
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