Análisis de Kirby y la tierra olvidada – Nintendo Switch 2 Edition + El mundo astral, la guinda del pastel

Se habla mucho de la importancia del contexto al juzgar cualquier obra, pero poco de la situación de los ojos que la miran. A veces es igual de significativa. Por ejemplo, sería un error no decir que este analista tiene a Donkey Kong Bananza como favorito al GOTY 2025 y obviar que se lo pasó justo antes de ponerse con el presente texto. No hay un dato que hable mejor de Kirby y la tierra olvidada que saberlo capaz de llenar un vacío existencial como el que dejan DK y Pauline tras de sí. Pero hoy no venimos a hablar de las innumerables virtudes de la bola rosa en su salto a las 3D (de eso ya se encargó el análisis original), sino a valorar su versión para Nintendo Switch 2. Disponible previa compra del paquete de mejora (), incluye varias novedades gráficas y su propia expansión, El mundo astral.

La mejor Nintendo Switch 2 Edition

Tenemos que admitir que hasta ahora, las Nintendo Switch 2 Edition nos habían traído un poco de cabeza. Algunas se olvidaban de contenido por el camino (como Breath of the Wild con La balada de los elegidos), otras se limitaban a añadir mejoras gráficas sin demasiados extras (Tears of the Kingdom) y también las había que tomaban decisiones un tanto extrañas (es el caso de Super Mario Party Jamboree, cuyos avances técnicos no se aplicaban al juego base). Por eso nos ha puesto tan contentos ver a Kirby sortear todos estos errores.

Las mejoras gráficas de esta Nintendo Switch 2 Edition se aplican tanto a la expansión que acompaña al juego, El mundo astral, como a la experiencia original, La tierra olvidada. Kirby ha ganado en fluidez y el universo que le rodea en resolución, color y texturas. El juego ha sumado enteros a nivel visual y destacan sobre todo esas fases adicionales a rebosar de cristales, polvo de estrellas y efectos cósmicos. Son un derroche que enamora y su fantasía casa a las mil maravillas con el realismo de la aventura original.

¿De cuánto contenido nuevo hablamos?

El mundo astral añade dos niveles extra a todos los biomas del juego base (es decir, 12 en total) y viene con un nuevo torneo para el coliseo de los Waddle Dees. Aunque no podemos desgranar mucho más por razones de embargo, quizás recordéis que uno de nuestros aspectos preferidos de Kirby y la tierra olvidada fue su contenido post-game. Dejémoslo en que esta expansión también guarda alguna que otra sorpresita y sigue los pasos del juego original en ese sentido. En la línea de Bowser’s Fury, le calculamos una duración de entre 3 y 5 horas según seamos de completistas.

Cabe avisar de que estos niveles adicionales no son 100% nuevos, sino una especie de remix. No os sorprendáis si reconocéis más de un escenario. Parten de las localizaciones del juego original y trazan una ruta alternativa a lo largo de las mismas. Son preciosos, reciclan las pantallas con mucho ingenio y se nota un esfuerzo importante por diferenciarlos, pero en un título que ya pecaba de repetitivo con sus enemigos, transformaciones y sobre todo sus jefes finales, no sabemos si era la mejor idea.

Este punto débil del original no se ha corregido en El mundo astral. Nos enfrentaremos a los mismos enemigos (aquí teracristalizados como Pokémon) y Kirby no aprenderá más habilidades, tan solo tres nuevas transmorfosis (muy buenas, todo sea dicho). Lo que sí ha mejorado un pelín es el grado de desafío. Los niveles adicionales suelen consistir en ir apretando interruptores que materializan un camino de plataformas a menudo temporales o en movimiento. Hay que estar un poco más vivos, pero la dificultad sigue siendo bastante asequible.

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