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Activan las alarmas por el saqueo internacional de cuentas bancarias a través de iPhone y Android
Una nueva oleada de robos de cuentas bancarias a nivel internacional ya se ha cobrado víctimas en varios países. ¿El método utilizado? Phishing haciéndose pasar por bancos, empresas de mensajería u organismos del gobierno.

Las alertas de ciberseguridad se han activado ante una nueva oleada de fraudes bancarios que afecta tanto a usuarios de iPhone como de Android en todo el mundo. Los investigadores han detectado una campaña internacional en la que ciberdelincuentes envían SMS fraudulentos haciéndose pasar por bancos, empresas de paquetería o incluso diversas ramas del gobierno. Estos mensajes incluyen archivos PDF maliciosos que, tras su apariencia inofensiva, instalan malware en el dispositivo una vez abiertos, o redirigen a páginas falsas diseñadas para robar credenciales bancarias. Hasta la fecha, se han reportado casos en Estados Unidos, Alemania y el Reino Unido, lo que confirma la magnitud del ataque y la necesidad de que los usuarios extremen las precauciones.
Oleada de robos internacionales de cuentas bancarias: cómo protegerse si usas iPhone o Android
Los ciberdelincuentes son cada vez más sofisticados, y han perfeccionado sus técnicas de fraude bancario con un nuevo método que combina el phishing tradicional con archivos PDF maliciosos. A través de SMS que aparentan provenir de bancos, empresas de mensajería o incluso entidades gubernamentales, los atacantes logran engañar a los usuarios para que abran estos documentos, que pueden contener software malicioso o redirigir a sitios falsos diseñados para robar credenciales bancarias.

La idea general es que, o bien instalan software como keyloggers —que registran todas las teclas que pulsamos y las envían a los atacantes—, capturadores de pantalla —que envían pantallazos a los delincuentes que pueden incluir información sensible—, o nos llevan a webs aparentemente reales donde introducimos nuestros datos bancarios, pero cuyo único fin es que los ladrones obtengan directamente de nosotros los datos clave. Esta estrategia se basa en la percepción generalizada de que los archivos PDF son seguros, especialmente si provienen de un remitente de confianza —como los anteriormente mencionados— lo que ha llevado a muchas víctimas a caer en la trampa sin sospechar el peligro.
Las consecuencias de este tipo de ataque ya se han hecho notar en varios países, tal y como informa el medio danés . Se han reportado casos en Estados Unidos, Alemania y Reino Unido, donde muchos usuarios han visto cómo estos ladrones del ciberespacio desvalijaban sus cuentas bancarias tras interactuar con los mensajes fraudulentos. La rapidez con la que los delincuentes actúan una vez obtienen los datos de acceso a las cuentas de las víctimas dificulta la recuperación del dinero robado, agravando aún más la situación y resaltando la indefensión de los afectados.

Para minimizar los riesgos, los expertos en ciberseguridad recomiendan no abrir nunca archivos adjuntos recibidos a través de SMS, especialmente si provienen de remitentes desconocidos. Además, es fundamental verificar cualquier mensaje supuestamente enviado por una entidad bancaria, gubernamental o empresa de mensajería comunicándose directamente con ellas a través de sus canales oficiales, y mantener la calma antes de abrir enlaces sin pensar y sin comprobar el remitente debidamente. Muchos de estos ciberdelincuentes usan el sentido de la urgencia generado por ciertas notificaciones como supuestos cargos bancarios, multas o paquetes perdidos para poner en marcha sus robos. Además, mantener el sistema operativo actualizado y contar con un software de seguridad también son medidas clave para evitar infecciones de malware que podrían comprometer nuestros datos bancarios.
El auge de esta nueva modalidad de fraude evidencia la constante evolución de las amenazas cibernéticas y la necesidad de adoptar hábitos digitales más seguros. Aunque los ciberdelincuentes explotan la confianza de los usuarios en documentos que, en apariencia, son inofensivos, una actitud precavida y seguir unas buenas prácticas pueden marcar la diferencia entre ser víctima de un robo o detectar un intento de engaño a tiempo y actuar en consecuencia. La mejor defensa sigue siendo usar el sentido común y no actuar de forma impulsiva.