Tecnología
La empresa que lleva 30 años usando Windows 95 y que se niega a abandonar el SO por estos motivos
Una PYME avícola alemana se resiste a actualizar Windows 95 tras llevar en uso tres décadas, y tienen buenos motivos para ello.
Windows 95 fue uno de los sistemas operativos más utilizados de Microsoft en entornos de oficina en todo el mundo. Y, por increíble que parezca, en el presente siguen existiendo empresas que, como si fuesen los irreductibles galos de ‘Astérix y Obélix’, se niegan tajantemente a actualizar sus sistemas informáticos. Este es el caso de una granja avícola de Alemania, cuyo propietario se resiste a mejorar su infraestructura a equipos y SO más modernos.
Las sorprendentes razones por las que una granja avícola alemana sigue utilizando Windows 95... ¡30 años después!
Peter Huber es el propietario de una modesta compañía avícola afincada en Alemania, y su empresa ha ocupado las portadas de varios medios de tecnología de todo el mundo —como — por un motivo tan extraño como fascinante: la entidad continúa utilizando Windows 95 en pleno año 2025. Los motivos no tienen nada que ver con la nostalgia hacia el sistema operativo, sino que son más pragmáticos: Windows 95 cumple más que de sobra con las necesidades fundamentales de rendimiento y estabilidad del sistema para poder continuar con las operaciones día a día. Como dice el refrán: “si algo funciona, ¿para qué cambiarlo?“.
Uno de los pilares fundamentales de la granja es una enorme máquina clasificadora de huevos que ocupa un espacio de 40 metros cuadrados. El artilugio automatiza la manipulación de casi 40.000 huevos al día, clasificándolos según peso, origen y calidad. Dado que esta automatización se controla mediante un software diseñado específicamente para la máquina y compatible únicamente con Windows 95, actualizar los sistemas operativos podría producir un parón durante un tiempo indeterminado. Los posibles ataques informáticos y las numerosas vulnerabilidades de Windows 95 no preocupan a Huber, pues la infraestructura de red no tiene conexión a internet.
No obstante, no es oro todo lo que reluce. Que la infraestructura informática de la empresa dependa de hardware y software obsoleto también acarrea serios problemas. Por ejemplo, cuando algún componente físico se estropea debido al ineludible paso del tiempo, como un disco duro o una impresora, Huber debe encontrar repuestos compatibles, una tarea que cada vez se dificulta más. “Si la impresora se rompe, tengo que buscar otra compatible con Windows 95, y hoy en día no es tan fácil”.
Por otro lado, y según afirma el dueño, la modernización está descartada por completo no solo porque para una PYME como la suya resulta prohibitivo, sino porque la actualización de cualquier componente crítico —como controladores y sensores varios— podría provocar un parón en toda la cadena de producción, lo que se traduce en pérdidas que podrían ser catastróficas. La rueda debe seguir girando a toda costa... mientras pueda.
En definitiva, el caso de la empresa de Huber nos recuerda cómo a veces es posible sacar partido a dispositivos, equipos y sistemas operativos obsoletos varias décadas más allá de su vida útil. Por desgracia, la compañía parece tener las horas contadas ante la cada vez más difícil tarea de encontrar los repuestos necesarios para continuar con sus operaciones, aunque su dueño se muestra optimista ante el futuro, con una actitud positiva de “ese puente ya se cruzará cuando llegue el momento”.