Tecnología
La ‘Familia Bitcoin’ que vendió su patrimonio por criptomonedas: ahora ocultan su dinero en tarjetas de metal en cuatro continentes
Un holandés viaja con su esposa e hijas por el mundo tras convertir su vida en un experimento de minimalismo financiero.

En 2017, Didi Taihuttu sorprendió al mundo al tomar una de las decisiones más arriesgadas de su vida: vender absolutamente todo lo que tenía para invertir en Bitcoin. Su casa en Venlo (Países Bajos), su empresa, su coche e incluso, los juguetes de sus hijas pasaron a ser parte de una apuesta total por la criptomoneda. Lo que para muchos fue una locura, para él y su familia se convirtió en un proyecto de vida que los catapultó a la fama como la “Familia Bitcoin”.
Taihuttu, entonces de 39 años, no era ajeno al mundo de las criptomonedas. Había comenzado a minar Bitcoin en 2010 y en 2013 llegó a vender sus primeros BTC, una decisión que con el tiempo lamentaría, al ver cómo su valor se disparaba. Fue tras un viaje familiar que lo acercó al minimalismo cuando decidió apostar todo por un futuro digital.
En 2017, con Bitcoin rondando los 900 dólares, vendió su casa por 85 BTC —unos 300.000 euros de la época—. Hoy, con el valor de la criptomoneda superando los 100.000 dólares, esa misma suma se multiplica en millones.

Sobre ruedas
Junto a su esposa Romaine y sus tres hijas, dejó atrás la estabilidad en Países Bajos para mudarse inicialmente a un camping. Desde entonces, la familia ha recorrido más de 40 países, viviendo de sus criptoactivos y promoviendo un estilo de vida basado en la descentralización. Su apuesta no solo fue financiera: también fue filosófica. Para Taihuttu, Bitcoin representa libertad, un sistema que escapa al control de bancos y gobiernos.
Con una fortuna en criptomonedas, la seguridad se volvió prioritaria. Taihuttu no confía en bancos ni en plataformas centralizadas. Su estrategia consiste en guardar su riqueza en billeteras frías —dispositivos de almacenamiento offline— repartidas en cuatro continentes. De este modo, asegura el acceso a sus fondos durante sus viajes, pero mantiene a salvo sus ahorros frente a hackeos o confiscaciones.
Más que dinero
Hoy, la “Familia Bitcoin” no necesita trabajar en el sentido tradicional. Sin embargo, Taihuttu insiste en que su decisión va más allá de las ganancias millonarias: se trata de vivir con menos ataduras y mostrar al mundo que una economía alternativa es posible.
Lo que comenzó como un salto al vacío hace siete años se ha convertido en un experimento de vida sin fronteras, donde una familia viaja ligera de equipaje, pero con una fortuna digital escondida en tarjetas metálicas distribuidas alrededor del mundo.

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