Tecnología
La ocasión en la que una simple prueba del mítico Windows 95 casi sobrecarga una caja registradora
Una compra masiva en una tienda local puso al límite el sistema de cobro mientras Microsoft preparaba el nuevo lanzamiento de su software.
En los meses previos al lanzamiento de Windows 95, uno de los proyectos más importantes de la historia de Microsoft, el equipo de desarrollo se enfrentaba a un gran reto: asegurarse de que el nuevo sistema operativo fuera compatible con la mayor cantidad posible de software existente. Para lograrlo, el entonces director de desarrollo tomó una decisión insólita, que aún hoy recuerda con humor el veterano de Microsoft Raymond Chen.
Según relata Chen en el blog oficial de Microsoft, el gerente del proyecto decidió visitar una tienda local de software y comprar literalmente una copia de todos los programas físicos disponibles. Aquella acción (pensada para simular un entorno realista de compatibilidad) sorprendió tanto al dueño del establecimiento como al propio sistema de ventas.
La tienda no estaba preparada para un cliente así. El sistema de caja registradora tenía un límite de procesamiento por transacción: no podía manejar compras superiores a los 10.000 dólares. El pedido de Microsoft, sin embargo, superaba con creces ese umbral. Como resultado, el enorme cargamento de software tuvo que dividirse en variiccwin247.compras consecutivas, cada una cuidadosamente ajustada al límite del sistema. Una caja registradora, diseñada para transacciones cotidianas, estuvo cerca de quedar fuera de combate por culpa de una decisión bienintencionada pero inesperada.
La cafetería, un laboratorio improvisado
Una vez completada la compra, las pilas de software fueron llevadas a las oficinas de Microsoft y colocadas, literalmente, sobre la mesa del comedor de la cafetería. Allí, se pidió a los desarrolladores que actuaran como usuarios comunes: elegid dos programas al azar, instalarlos en Windows 95 y buscar errores.
Chen recuerda la escena como algo entre lo caótico y lo cómico: “La cafetería estaba llena de miembros del equipo de Windows 95 rebuscando entre cajas y cajas de software como si fueran cazadores de ofertas en un mercadillo”, escribe.
Él mismo probó un programa de traducción del inglés al alemán. Aunque funcionó técnicamente bien en el nuevo sistema, la calidad de las traducciones dejaba mucho que desear. “No es que la calidad de las traducciones tuviera nada que ver con Windows 95”, aclara Chen con ironía.
Poco ortodoxo, pero histórico
Aunque el enfoque fue inusual, el objetivo se cumplió: garantizar la mayor compatibilidad posible antes del lanzamiento oficial. Y funcionó. Windows 95 se convirtió en un fenómeno global, en parte gracias a su amplia compatibilidad con programas existentes, fruto de pruebiccwin247.como aquella maratón en la cafetería.
Tres décadas después, esta anécdota sirve como recordatorio de que incluso en el mundo del desarrollo tecnológico, las soluciones más simples (y a veces más caóticas) pueden tener un impacto duradero. Y que, en ocasiones, una caja registradora también puede tener su momento en la historia de la informática.
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