Denzel Washington protagonizó este thriller de los 90, y aunque pasó desapercibido contiene uno de los finales más oscuros que se recuerdan

El final feliz es uno de esos clichés con los que cuenta el cine. En la mayoría de producciones, da igual el género y la condición, la película se cierra con una escena reconfortante para el espectador. Sin embargo, esta condición no es una máxima, por lo que puede ser pervertida por los directores siempre y cuando quieran. Algunas últimas escenas son agridulces, como la de ‘Una historia de violencia’ (2005), de David Cronenberg.

En otras, sin embargo, gana directamente el villano. ‘Fallen’ (1998) es un buen ejemplo de ello. La película protagonizada por Denzel Washington sigue al detective John Hobbes en su intento por cazar a un asesino. Cuando este muere, piensa que ha resuelto el caso, pero nada más lejos de la realidad. Se da cuenta de que un ángel caído llamado Azazel vaga por la Tierra tomando el cuerpo de otras personas hasta matarlos. Su cruel final dejó helados a los espectadores de la época.

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El cruento final de ‘Fallen’

A partir de aquí se vienen spoilers de la película

Después de que el personaje de Denzel Washington se dé cuenta de que el ángel caído tan solo puede sobrevivir unos minutos sin habitar el cuerpo de una persona. Ante esto, le tiende una trampa a Azazel atrayéndolo hacia su compañero Jonesy (John Goodman), al que dispara y mata. A la vez, ingiere veneno para fallecer también, haciendo que el fantasma se tenga que decidir por un cuerpo moribundo lleno de veneno o la muerte mientras encuentra otro cuerpo lejano.

Después de que el espectador crea que, a pesar de los decesos, el demonio no ha sobrevivido, este aparece en voz en off al tomar el cuerpo de un gato que habitaba cerca de una cabaña, burlándose del espectador. El villano había vencido.

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Otras películas con finales agridulces

El gran ejemplo de esto es una película contemporánea a ‘Fallen’: ‘Seven’ (1995), de David Fincher. Su terrible final sigue poniendo la piel de gallina a todos aquellos que la ven. A pesar de la muerte de John Doe, el sádico asesino de los pecados capitales sale ganando al ver su obra maestra terminada.

Otro ejemplo es ‘El gran silencio’ (1968), de Sergio Corbucci. En el wéstern y en el spaghetti wéstern es inusual encontrarse con un final amargo, ya que el héroe suele salir vencedor. No obstante, en esta obra cadenciosa, triste, bella y nevada se pervierten las formas después de que el personaje encarnado por Klaus Kinski salga vencedor.

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