Tom Cruise y la escena del submarino que casi le cuesta la vida en ‘Misión Imposible 8’: “Estoy respirando dióxido”

Cuando le preguntan si la próxima película de ‘Misión Imposible’ será la última, Tom Cruise guarda silencio por primera vez. Sonríe y emplaza a todo el mundo a vivir el presente y acudir al cine el próximo 23 de mayo. Puede que realmente se trate de la última entrega de la saga, y quizás no tanto por exigencias de la trama como de su producción. La cinta ha sido como un parto para el actor, de quien se dice que ha estado tan involucrado que “hasta ha diseñado los cubos de palomitas”.

Al principio, ‘Sentencia final’ no iba a llamarse así. Se anunció como ‘Sentencia mortal - Parte 2′, una secuela directa de la entrega de 2023 (de la que hablamos en su crítica como una auténtica montaña rusa). Paramount quería rodar ambas prácticamente a la vez para estrenarlas muy próximas entre sí, pero finalmente, y tras decenas de complicaciones, han terminado separadas por dos años. Complicaciones como el inesperado batacazo en taquilla de anterior y como cierta escena con un submarino.

Hasta ahora sólo se había filtrado que, rodando bajo el agua, un accidente había parado de manera indefinida la producción y disparado su presupuesto hasta los 400 millones. ‘Misión Imposible: Sentencia final’ se convertía así en una de las películas más caras de la historia y lo tenía crudo para ser rentable. Pero al fin, a escasos meses de su estreno en cines, Tom Cruise ha querido compartir una imagen de dicha secuencia y explicar qué intentaron y cuál fue la dificultad.

De acuerdo al actor, la película nos llevará a los restos del submarino Sebastopol que ya salía en la anterior y dentro “todo se irá al infierno”. Rodada en un tanque de agua de más de 8 millones de litros sobre una superficie que giraba y vibraba a voluntad del equipo, el propio Cruise, quien siempre insiste en rodar sus escenas de acción, se puso un traje y una máscara con iluminación y se sumergió con una única y peligrosa línea roja: puede usar el equipo durante 10 minutos antes de sufrir hipoxia.

. “Se me acumulaba en el cuerpo y me afectaba a los músculos, pero tenía que aguantarlo y seguir presente en la escena”. Su director, Christopher McQuarrie, asegura que fue “un verdadero castigo físico” y “tan desafiante como aterrador”. “Estaba en una estructura giratorio llena de escombros que tratábamos de volver un caos, pero Tom se las ingeniaba para bucear, sobrevivir y repetir”.

Sumada a la escena en la que se cuelga de un avión a más de 3.000 metros de altura y va a 200 kilómetros por hora (donde asegura que “no recibía oxígeno”), no cabe duda de que Tom Cruise, quien recordemos tiene 62 años, lo ha dado todo por esta cinta. Nosotros no podemos tener más ganas de verla.