Impresiones
007 First Light es el Uncharted 5 de espías que PlayStation no nos ha dado: ya hemos visto al nuevo y novato James Bond
Asistimos a una presentación privada en Gamescom 2025 en la que podemos ver casi media hora del nuevo juego de la licencia James Bond 007.

Los booth para prensa de Gamescom 2025 suelen ser estaciones prefabricadas de color blanco. Los detalles de color lo ponen las consolas y sillas que dan pie a las múltiples sesiones de juego que se dan allí. Sin embargo, IO-Interactive ha preparado algo completamente diferente para 007: First Light. Los daneses han construido un pequeño cine en el que al entrar nos recibe uno de los Aston Martin clásicos del espía más famoso de la ficción.
Allí está presente MeriStation, quien forma parte de una de las múltiples sesiones privadas en las que se puede ver al juego correr por primera vez lejos de las puertas del estudio. Casi media hora de acción en tiempo real en la que podemos ver a grandes rasgos hacia qué apunta este nuevo James Bond.
James Bond antes de ser 007
007: First Light parte de una premisa bastante interesante para la marca. En vez de ver a James Bond con el estatus de espía top en el MI6, lo que nos encontramos en el juego es un agente que busca encontrar su camino en tan peligroso camino. No es 007: es el novato de apoyo, pero pronto veremos que de novato tiene poco.
La misión que se nos presenta nos lleva hasta Eslovaquia. El equipo del MI6 se infiltra en una mansión que celebra una fiesta con los filántropos más importantes de Europa. Buscan el rastro de una célula enemiga que tiene muy pocas buenas intenciones. Bond hace de chófer conduciendo nosotros mismos hasta el lugar.

Visualmente es espectacular. Se nota el músculo de la iluminación y grandes conglomerados de NPC que permite el motor Glacier, del que IO-Interactive es propietario. Se ve muy pero que muy bien: es lo que esperas de un juego que ya aprovecha la actual generación. Bond no sabe quedarse a un lado como apoyo. Tras ver actitudes sospechosas entre el staff, decide intervenir por su cuenta y riesgo.
Lo que nos encontramos en este plano es una mezcla del 007 del videojuego que todos conocemos con algunos elementos de Hitman. El estudio no consigue desprenderse de sus raíces. Lo vemos en comportamientos, interfaz, incluso filosofía a la hora de plantear secuencias de sigilo. Bond aprovecha el entorno para buscar alternativas con las que entrar a la mansión sin ser detectado. Los atuendos tipo disfraces vienen de parte de la casa, pero el uso de los gadgets y ser ‘pillo’ tomando lo que nos rodea a nuestro favor viene de la parte de la casa.

La estructura de la misión es lineal. Cuando decimos que no se desprende de Hitman lo hacemos por recursos jugables que introduce en sus sistemas, nada más. Acción-consecuencia, y a partir de ahí el siguiente segmento del nivel. También mantiene el humor característico de la licencia, muy marcado a lo británico con el toque de picardía que tantas pasiones ha levantado.
Ponemos hincapié en el orden jugable para solucionar un obstáculo. Podemos agacharnos para ocultarnos en setos; desviar la atención de los enemigos usando gadgets característicos de Q (hola, reloj); utilizar mecheros para quemar hojas y que eso permita que surja una oportunidad; Bond escala, mira hacia arriba y hace uso de la vertical; tirar de una suerte de pulso de detective que te da información de tu entorno... Podríamos seguir así durante párrafos y párrafos. La diversidad va por bandera.
Las persecuciones a bordo de los Aston Martin están presentes
Todo lo bueno de esta primera parte de la misión se rompe un poco en la segunda misión. Nos gusta muchísimo que el estudio recupere la presencia de los vehículos en las misiones. Vemos una persecución a bordo de un Aston Martin que nos lleva por un desfiladero al límite. Todo está guionizado para causar sorpresa, pero lo cierto es que se hace un poco bola. Nos parece que de épico tiene poco. No reúne situaciones que te hagan pegarte a la pantalla. Quizá por ser una de las del inicio, quién sabe. Nuestra sensación es que se alargó demasiado pese a que en todo momento tenemos el control del volante. Lo único positivo fue un tramo por un túnel, en el que Bond tuvo que tirar de freno de mano para clavar las curvas y no chocar frente a los muros.

A nivel narrativo hay cosas que salvar hasta el momento. Bond quiere buscar su sitio en el operativo sea como sea, y muchas veces eso le lleva a ser imprudente. En ocasiones le sale bien; en otras, mal. Hay un equilibrio entre el fallo y el éxito de esta versión del personaje que nos gusta. También atrapa en movimiento. Tiene identidad, personalidad. Nos gusta mucho que IO se haya atrevido a incluir personalidades de otras agencias del mundo. Justo en esa persecución estamos interactuando constantemente con una agente del servicio secreto francés. Promete.
La locura del aeropuerto: acción desmedida
La última franja de la demostración no es menos importante, al contrario: nos muestra el nivel de acción que podemos esperar. Llegamos a la entrada de un aeropuerto y nuestra bienvenida no es precisamente la más cálida. Hay oleadas ingentes de enemigos rifle en mano. La solución que encuentra el estudio son el movimiento y las herramientas de un shooter en tercera persona que no difiere en demasiado a lo visto en proyectos de Naughty Dog. De hecho, si abrazamos el chiste, 007: First Light es el Uncharted 5 que nos ha robado PlayStation.

El combate cuerpo a cuerpo tiene casi la misma importante que el uso del armamento. Bond hace combos, llaves, se zafa si clavamos el tempo de las acciones. En algunas ocasiones los adversarios están tan parapetados en sus armaduras que no es suficiente lo que hace. De ahí que tire de explosivos para abrir oportunidades que le permitan buscar otras vías.
La acción es desmedida en esta parte. Las explosiones caen una tras otra. Bond pasa de escopetas a rifles de asalto en cuestión de segundos. Se parapeta por coberturiccwin247.como en un TPS de toda la vida. Cuando termina de abrirse camino coge un carro de equipajes y lo usa para llegar hasta el avión que quiere alcanzar, que está a punto de despegar.
Lo que ocurre a partir de aquí es el delirio de las situaciones al límite. Podría ser 007, como podría ser también ‘Misión imposible’. Reglas, pocas. Al llegar al avión lo hace por encima de sus alas, que aproecha para convertirlas en un ring improvisado en el que se enfrenta a varios enemigos. Una vez dentro comprobamos el nivel de interacción que pueden alcanzar los escenarios. Bond hackea el control del avión y desde la distancia puede mover el eje de izquierda a derecha. Eso tiene consecuencias directas en su interior, ya que la carga se desplaza. Gracias a la física puede ir acabando con los enemigos hasta que logra dar con lo que busca.

Todo termina con el espía tirándose al vacío cual Nathan Drake en Uncharted 3. En esta sección le controlamos para evitar golpearnos con el cargamento que va soltando el avión. Tiene que ir clavando los tiempos hasta alcanzar un paracaídas. Sí, coge un paracaídas tras minutos de caída libre. Y sin despeinarse.
Un 007 diferente con el mismo atractivo
Hay mucho que procesar tras verlo en movimiento. A priori parece que 007: First Light es fiel a la licencia, a su tono y situaciones. Quizá demasiado exageradas (más que de costumbre en la gran pantalla), pero ahí están. A falta de probarlo a los mandos, parece un juego que se desenvuelve bien en la variedad de situaciones a las que se enfrenta. Tenemos muchas ganas de ver cómo son las misiones al completo y cómo mide la épica frente a los momentos de infiltración.
007: First Light llegará el 27 de marzo de 2026 a PS5, Xbox Series X|S, Nintendo Switch 2 y PC.

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- Acción
- Aventura
007 First Light es una aventura de acción y disparos a cargo de IO Interactive para PC, PlayStation 5 y Xbox Series basado en la franquicia del agente secreto James Bond. Sigue a un joven e ingenioso a la par que temerario James Bond durante su etapa como recluta del programa de entrenamiento del MI6, vive los primeros pasos del espía más famoso del mundo.