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Eran solo dos desarrolladores, pero hicieron auténtica magia negra con sus juegos 3D en Game Boy Advance
Fernando Velez y Guillaume Dubail demostraron que, con la suficiente pericia y conocimiento del hardware, Game Boy Advance era capaz de mostrar unas 3D bastante convincentes.

Game Boy Advance fue una de las consolas más míticas y queridas de entre todas las portátiles de Nintendo. Pese a que no fue recordada precisamente por sus capacidades 3D, hubo dos desarrolladores franceses que estuvieron dispuestos a desafiar a las limitaciones del hardware, y ofrecer títulos tridimensionales que parecían más de PSX que de Super Nintendo. Estos dos irreductibles galos eran Fernando Velez y Guillaume Dubail, también conocidos como Velez & Dubail, y crearon ports muy dignos de juegos como V-Rally 3, Driver 3 o Asterix & Obelix XXL.
Game Boy Advance, Super Nintendo y el problema de las 3D
Cuando fue lanzada en 2001, Game Boy Advance fue considerada por muchos como una especie de Super Nintendo portátil, dado su hardware comparable. Mientras que la CPU de GBA, un ARM7TDMI (32-bit) de 16,78 MHz era considerablemente más rápida que la de SNES (Ricoh 5A22 basado en 65816 a 3,58 MHz), en lo único en lo que cojeaba era en el sonido, ya que ofrecía una mezcla por software de 6 canales, mientras que SNES ofrecía sonido por 8 canales gracias a su chip SPC700.

En la práctica, esto significó que muchos videojuegos destacados de SNES llegaron en forma de port a GBA, como Super Mario World o Final Fantasy VI, aunque con una banda sonora algo inferior. Por su parte, algunos juegos originales, como Metroid Fusion o Castlevania: Aria of Sorrow, mostraban una calidad gráfica cercana o incluso superior a la de los mejores títulos de Super Nintendo.
No obstante, había un gran obstáculo en la nueva portátil de Nintendo: mientras que SNES posibilitaba el uso de efectos gráficos especiales por hardware, como el Modo 7 —capaz de hacer rotaciones y escalados para simular profundidad y tridimensionalidad—, Game Boy Advance carecía de un sistema equivalente. Aunque podía aplicar rotaciones y escalados básicos por hardware, no disponía de funciones avanzadas para simular entornos 3D como el Modo 7, lo que limitaba severamente sus capacidades tridimensionales y obligaba a los desarrolladores a recurrir a complejas rutinas por software. Es decir, las 3D simuladas eran posibles en Game Boy Advance, pero con resultados generalmente peores a lo ofrecido en la propia Super Nintendo.

Este fue el caso de ambiciosos ports y juegos originales como DOOM (2001), Duke Nukem Advance (2002) o Serious Sam Advance (2004). Todos ellos fueron juegos de disparos en primera persona que destacaron por ofrecer una jugabilidad muy inferior a la de otros títulos de sus franquicias en distintas plataformas: a unas 3D limitadas técnicamente se sumaba un gameplay deliberadamente lento para hacerlo “justo”, dada la escasez de botones o una segunda cruceta o stick para controlar la cámara con solvencia.
Sin embargo, dos desarrolladores independientes demostraron que la pequeña portátil tenía un enorme potencial en lo que al apartado técnico se refería. Si bien es cierto que GBA carecía de un chip dedicado que le diese capacidades 3D reales, con un conocimiento profundo del sistema era posible crear juegos que parecían más de PlayStation o Nintendo 64 que de Super Nintendo. Los nombres de estos intrépidos desarrolladores eran Fernando Velez y Guillaume Dubail.
Velez & Dubail: los desarrolladores franceses que desafiaron a la lógica con sus juegos 3D en Game Boy Advance
Velez & Dubail, era un pequeño estudio independiente compuesto por dos desarrolladores, fundado en 1990. Su primer proyecto fue Jim Power in Mutant Planet para Amiga, y, tras esto, desarrollaron varios títulos para Game Boy y Game Boy Color. En Game Boy Advance, lanzaron un total de cuatro juegos: V-Rally 3 (2002), Stuntman (2003), Asterix & Obelix XXL (2004) y Driver 3 (2005). Todos ellos destacaron por un elemento común entre sí, pero diferenciador con el resto de títulos del catálogo de GBA. Los cuatro poseían unas 3D muy convincentes e increíbles para esta consola portátil.
V-Rally 3 era absolutamente escandaloso, y dejaba en evidencia a buena parte del catálogo de la consola. Además, era muy meritorio el hecho de que fuese lanzado en 2002, cuando GBA apenas llevaba un año en las tiendas. Guillaume Dubail bromeaba en con que “vendieron su alma al diablo” para crear su motor 3D personalizado, y, en vista del resultado, bien podría ser cierto. El desarrollo completo duró once meses, cinco de los cuales se trabajó exclusivamente en el motor. La jugabilidad era rápida y frenética —como en los rallyes de verdad—, y Velez & Dubail se permitieron incluso el lujo de añadir una cámara desde el interior de los coches. Una auténtica salvajada técnica.
Otros videojuegos como Asterix & Obelix XXL también sorprendían porque se consiguió trasladar de manera solvente la jugabilidad del resto de versiones a un entorno portátil. Dentro de amplios escenarios en 3D, podíamos movernos y explorarlos a fondo tanto para buscar ítems ocultos como para liarnos a mamporro limpio contra los romanos encarnando a Astérix u Obélix.
Su último videojuego lanzado para GBA fue un port de Driver 3, en 2005, con Nintendo DS ya en el mercado. Su despedida fue a lo grande, y combinaron todo lo aprendido en sus proyectos anteriores para una última traca final. Esta versión del juego fue considerada por muchos lo que debería haber sido Grand Theft Auto Advance.
Mientras que GTA Advance era una aventura en perspectiva cenital muy reminiscente de los juegos originales de PSX, el Driver 3 de Velez & Dubail para GBA ofrecía unos entornos 3D sorprendentes y un pequeño mundo abierto que llevaba al límite el modesto hardware de la portátil. Y, por si no fuese suficiente, también era posible bajarse del coche, ya fuese para tomar otros “prestados”, o para liarse a tiro limpio contra los maleantes. Lo dicho: auténtica magia negra.
Tras esto, Velez & Dubail siguieron desarrollando títulos para otras plataformas, como C.O.P. The Recruit (Nintendo DS, 2009), Driver: Renegade 3D (Nintendo 3DS, 2011), IRONFALL Invasion (Nintendo 3DS, 2015) o RISE: Race The Future (PC, Switch, 2018-2019). Lamentablemente, Fernando Velez falleció en 2016 a los 46 años de edad.
Pese a que la mitad del talento de esta dupla gala ya no esté entre nosotros, para el recuerdo quedarán sus contribuciones al mundo de los videojuegos, donde destacaron especialmente en su paso a través de Game Boy Advance. Gracias a su inventiva y su pasión por el medio, Velez & Dubail llegaron a límites que no se creían posibles con esta videoconsola portátil de Nintendo, demostrando que en los videojuegos no hay nada imposible si se conoce el hardware al dedillo.
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