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“No somos caballos”: ‘El juego del calamar’ iba a tener un final feliz, pero su creador lo sustituyó por un mensaje mucho más duro

El episodio final de ‘El juego del calamar’ originalmente tenía un final feliz y más “tradicional”, pero su creador cambió de idea en el último momento.

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‘El juego del calamar’ ha sido uno de los mayores éxitos de toda la historia de Netflix, y, tras el estreno de su tercera y última temporada, la trama ha concluido de manera definitiva. Al margen de cameos inesperados durante las secuencias finales, también ha tenido un final impactante para su protagonista: Seong Gi-hun (Lee Jung-jae). Según el creador de la serie, Hwang Dong-hyuk, el desenlace del jugador 456 habría sido muy diferente, pero tuvo que ser modificado a última hora para convertirlo en un mártir en lugar de un “feliz” ganador de los macabros juegos por segunda vez.

Nota del autor: por motivos obvios, en esta noticia hay spoilers de la tercera temporada de ‘El juego del calamar’. ¡Estáis avisados!

Seong Gi-hun, el jugador 456 de ‘El juego del calamar’, sobrevivía en el final original de la serie, pero su creador prefirió convertirlo en mártir

En una entrevista reciente de , Hwang Dong-hyuk, creador de ‘El juego del calamar’, ha revelado que en la versión inicial del guion de la tercera temporada de la serie, Seong Gi-hun habría sobrevivido al juego final. No obstante, el director y guionista cambió de idea porque no consideraba que un final feliz fuese apropiado para el tono de la serie, así como teniendo en cuenta el contexto sociopolítico a escala global.

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Lee Jung-jae interpreta a Seong Gi-hun, el jugador 456

En la serie, Gi-hun y el bebé (la jugadora 222), son los últimos supervivientes en la ronda final del último juego. No obstante, dado que no ha habido ningún sacrificio en esta ronda final, Gi-hun decide suicidarse arrojándose al vacío para salvar la vida del bebé, al tiempo que desafía abiertamente a los VIP adinerados que presencian el juego, y al líder, Hwang In-ho. “No somos caballos. Somos personas”, sentencia antes de quitarse la vida. De esta manera, Gi-hun se convierte en un mártir, y su sacrificio deja en shock a In-ho, quien, a su vez, decide salvar la vida del bebé y llevársela antes de que los explosivos del mecanismo de autodestrucción de la isla arrasara el lugar.

La destrucción de la isla implica, de manera inequívoca, que no habrá más juegos... al menos en Corea del Sur. La inmolación de Gi-hun parece redimir parcialmente a In-ho, quien deja al bebé a cargo de su hermano Jun-ho, junto con el dinero del premio que corresponde a la criatura por “ganar”. Tras esto, viaja a Los Ángeles para visitar a la hija de Gi-hun y revelarle que su padre no la abandonó, sino que falleció, dándole todo el dinero que Gi-hun tenía oculto en el motel que usó como base de operaciones. Cuando In-ho se dispone a regresar a Corea del Sur, ve a una reclutadora —interpretada por Cate Blanchett—, lo que da a entender que en Estados Unidos existe una versión de los macabros juegos.

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In-ho presencia cómo en Estados Unidos hay una nueva versión de los "juegos" al ver cómo una reclutadora, interpretada por Cate Blanchett, capta a uno de los participantes jugando al ddakji

Ahora bien, según Hwang Dong-hyuk, en un principio, Gi-hun habría sido el ganador final de esta segunda ocasión en la que participa en los juegos. También ha revelado que habría ocupado el lugar de In-ho en las escenas finales de Los Ángeles, visitando a su hija, y comprobando, consternado, que los juegos seguían existiendo en Estados Unidos. Esto, según el creador, era una crítica al capitalismo tardío, donde incluso aunque se consiga desmantelar una rama del mismo, seguirá habiendo otras vertientes, haciendo que sea imposible desmantelar al completo el sistema entero.

Gi-hun habría ganado el juego de una forma u otra, y luego habría visitado a su hija en Estados Unidos. Originalmente, la persona que presencia a la reclutadora norteamericana habría sido Gi-hun. Pero pensé, ‘¿Qué tipo de final quiero para esta historia?’, y ‘¿Cuál debería ser el viaje de Gi-hun’?. Los eventos del mundo real hicieron que pensara que Gi-hun debía sacrificarse para enviar este mensaje tan poderoso”, reveló Dong-hyuk. “El mundo cada vez va a peor de muchas maneras. Así que pensé, ‘¿Qué tipos de sacrificios debemos hacer las personas de nuestra generación para poder dejar un mundo mejor para las generaciones venideras?Quise que el sacrificio de Gi-hun representase esto“, concluía.

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Gi-hun decide sacrificarse para salvar la vida a la bebé de la jugadora 222 y lanzar un poderoso mensaje a los VIP y al líder del juego

En definitiva, aunque la intención original del creador, director y guionista de la serie era darle una conclusión más “tradicional”, finalmente optó por ofrecer una nota optimista dentro de un universo ficticio bastante sórdido donde personas inmensamente ricas se divierten apostando en una serie de juegos mortales donde solo participan los más desesperados. De esta manera, la muerte de Gi-hun representa, según el autor, un “sacrificio necesario” para dejar un mañana mejor para los más jóvenes.

La inmolación de Gi-hun ha sido bastante impactante no solo por el mensaje enviado tanto para los arrogantes VIP como para los espectadores, sino porque puso de manifiesto que ‘El juego del calamar’ es una de esas obras donde cualquier personaje puede morir, incluyendo a su protagonista. Este desenlace, aunque triste, ha sido generalmente bien recibido, por lo que todo apunta a que Dong-hyuk acertó de pleno al dotar a la historia de una conclusión triste que fuese más coherente con el contexto del universo construido.

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