La sombra que pone en riesgo el futuro de Russell en Mercedes
El inglés firma otra gran campaña, pero su renovación se retrasa mientras Verstappen no cierre definitivamente la puerta. Toto Wolff le espera paciente.
Es uno de los grandes misterios de la Fórmula 1 contemporánea, o no tanto: si George Russell es el estandarte de Mercedes, el piloto que batió a Hamilton en su última campaña en Brackley y el azote de Antonelli cada fin de semana… ¿por qué su escudería no le renueva más allá de 2025? La temporada del inglés, de 27 años, hasta ahora es sobresaliente, y le puso la guinda con su cuarta victoria en el pasado GP de Canadá. Pero no tiene contrato más allá de diciembre. Oficialmente, Toto Wolff no tiene prisa para concretar las formalidades de una teórica renovación. Pero es un hecho que el jefe de Mercedes no quiere cerrar su alineación para 2026 hasta que esté completamente descartada la posibilidad de fichar a Verstappen.
Max tiene contrato con Red Bull hasta 2028, pero ya desde el año pasado se aprecia el desgaste en la relación entre el equipo que dirige Christian Horner y el clan del piloto holandés. Eso no quiere decir que vaya a salir, no ha dado señales de que vaya a hacerlo. Pero si el rendimiento del RB21 no convence al campeón, o si los resultados habilitan cláusulas de salida, Verstappen puede escuchar la propuesta del fabricante alemán, que busca desesperadamente una figura que ocupe el vacío que dejó Hamilton. Y que comercialmente no llenan Russell y Antonelli. También hay dudas acerca del programa de motores de Red Bull, que deberán fabricar uno por primera vez en 2026, cuando Mercedes tiene décadas de experiencia y éxitos en este frente.
Pero en la F1 pocos dicen la verdad, y menos dicen lo que piensan. Max despejó en la rueda de prensa de Austria cualquier pregunta sobre su futuro (y sobre la mayoría de temas): “No necesitamos hablar de eso, no quiero repetir lo que dije el año pasado. Quiero mejorar las prestaciones del coche, luego hablamos del año que viene”.
Russell solo habla con Mercedes
Russell habló del futuro tras su triunfo en Montreal: “No duele, para nada. No me preocupa el año que viene, sé que estaré en la parrilla y siento que piloto mejor que nunca y tengo más por demostrar. Estoy preparado para luchar por un Mundial y con resultados como este disfruto del momento y estoy relajado. ¿Negociaciones? No hablo con nadie más y a los equipos que se han interesado les digo que mi intención es seguir en Mercedes”.
“¿Por qué los equipos no van a interesarse por Max? Si ningún piloto tuviera contrato el año que viene, Max sería la primera opción para todos los equipos, es comprensible. Aunque al final hay dos asientos en cada equipo y si sigo haciéndolo como lo estoy haciendo, mi posición no estará amenazada. No hay prisa para negociar el contrato. Y con resultados como Canadá, con dos pilotos júnior de Mercedes (Antonelli fue tercero), ¿por qué vas a cambiar algo que funciona?”, cerró el inglés. La pregunta se puede plantear a Wolff, que reafirma que “el ambiente en el equipo es fantástico y se ha acordado unos tiempos para ajustar las cosas, hay muchos tripletes de carreras y llegará el momento” de tratar la continuidad de Russell. Aunque en este deporte es más vinculante lo que se hace que lo que se dice. Y Wolff, por ahora, espera a Verstappen.
Una rivalidad al más alto nivel
Curiosamente, Russell y Verstappen han protagonizado en la pista algunos de los momentos más calientes en los últimos doce meses. Si se dejan a un lado los ataques y defensas entre Max y Norris desde Austria 2024, la relación entre George y el holandés no ha hecho más que caldearse desde que el inglés escenificó ante los comisarios para que Verstappen fuera sancionado tras la clasificación de Qatar 2024 por un ‘impeding’ aparentemente inofensivo. Max apuntó la matrícula (“Te voy a estampar contra el muro”, llegó a decirle en privado), y desde entonces han saltado chispas cada vez que han compartido metros de asfalto.
En Barcelona, el de Red Bull se fue contra el Mercedes tras devolverle la posición por indicación de la FIA. Incluso en Canadá Russell trató de buscarle las cosquillas tras el coche de seguridad, frenando de golpe para que Max le adelantara sin permiso. “Cuando compites contra el mejor y contra el más agresivo, tienes que mantenerte en pie y sacar los codos, dar a tu oponente lo mismo que él te dará. Ese es mi enfoque cuando compito contra alguien como él. Pero en el fondo me preocupan mis cosas, mi equipo, yo mismo”, dice el piloto de Mercedes al respecto. Aunque en este caso quizás le afecta más de lo que cree: ¿compiten por el asiento?
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