“35 horas sin dormir” para la mayor victoria de Kubica en su carrera
“No tenía previsto hacer cinco relevos, pero logré controlarlo todo y llevar el coche a meta sano y salvo”, dice el polaco tras triunfar en Le Mans después de casi 10 horas al volante.
La que concluyó el domingo fue la 93ª edición de unas 24 Horas de Le Mans que dejan ya una amplia lista ganadores a lo largo de su existencia, pero no habrá muchos cuyo triunfo haya alegrado a tantos aficionados como el de Robert Kubica. El éxito del polaco junto a Philip Hanson y Yifei Ye es el mayor de su trayectoria y el colofón que merecía su historia de superación. Lo que bien pudo acabar en aquel grave accidente de 2011, continuó de forma heroica hasta ganar la madre de todas las carreras.
Lo hizo cruzando primero la meta con el Ferrari #83 tras casi 10 horas al volante, con una tanda final demoledora de tres horas y media para mantener a raya al Porsche #6 y a los dos 499P oficiales. “¡Qué gran trabajo de todos! No ha sido fácil, pero nos lo merecíamos: fuimos rápidos y fuertes, y solo cometimos algunos errores. No tenía previsto hacer cinco relevos, pero logré controlarlo todo y llevar el coche a meta sano y salvo. Fue un día muy especial y no me esperaba la victoria”, reconocía después.
Cinco relevos menciona Kubica, los dos últimos unidos sin descanso. Un esfuerzo que no debe pasar desapercibido por las limitaciones de movilidad que tiene a la hora de pilotar debido a las secuelas que le dejó su accidente, y también por el cansancio acumulado durante dos días: “Después de 35 horas sin dormir, es fácil cometer errores, pero para ser un tío de 40 años sigo arreglándomelas para estar en buena forma y estoy contento de haber contribuido a esta victoria”.
“Me alegro por Ferrari, ganar tres años seguidos con tres equipos y coches diferentes es increíble”, dice sobre la firma de Maranello, que venció en 2023 con el #51, en 2024 con el #50 de Molina y ahora con el #83 que salvó el día a los italianos. “Es emotivo, sin duda. Probablemente, todavía siento algo de cansancio, adrenalina... Solo tengo ganas de descansar un poco y disfrutarlo”, acertaba a decir Robert, que se dedica de pleno a la resistencia desde 2021, tras volver un año a la parrilla de F1 con Williams en 2019.
Precisamente, en su primera participación en Le Mans se quedó a una vuelta de ganar en LMP2 con un ORECA del WRT y ya se ha cobrado la factura que le debía el circuito de La Sarthe: “Cuando llegué por primera vez a Le Mans en 2021 me sentí como un niño pequeño descubriendo nuevos eventos, nuevas carreras, algo que me dio una sensación muy agradable, como cuando corría en karts hace muchos, muchos años. Entonces supe cuál era mi objetivo, intentar ganar aquí algún día”.
Un problema hizo que el Ferrari fuese “al límite”
Pese a que desde fuera pareció que Kubica lo tenía todo controlado en el prototipo amarillo, lo cierto que sufrió un problema con la caja de cambios desde el principio de la carrera. “Estuvo mal las 24 horas, nos pasó al montar la caja de cambios de carrera. Pensábamos que tenía que ver con los reglajes, pero no, así que fue complicado, sobre todo en algunas curvas. Estaba al límite, lo que añadía más estrés, pero lo logramos. Intentamos ayudar con el estilo de conducción, con los frenos y cosas así, pero al final solo tapamos el problema, no lo solucionamos”, revela. Seguro que así, la victoria supo todavía mejor.
Rellene su nombre y apellidos para comentar
Tu opinión se publicará con nombres y apellidos