El Dacia, en manos de Cristina Gutiérrez
AS se sube al asiento del copiloto con la burgalesa en su primera vez al volante de un Sandrider renovado tras el pasado Dakar: “Me he sentido como en casa”.


No se le borraba la sonrisa de la cara a Cristina Gutiérrez cuando la burgalesa recibió a AS en el Nasser Racing Camp. A sus espaldas, la española acumulaba días de eventos que continuaban en una jornada que, sin embargo, tenía algo especial. Porque después de cinco meses, la espera llegaba a su fin. La ganadora del Dakar 2024 en Challenger volvía a ponerse al volante de un Dacia al que no subía desde la última edición del mítico raid. Pero supo disimular con creces esa ausencia de kilómetros, con una vuelta en el Sandrider donde en cinco kilómetros descubrimos cómo, el prototipo de la marca rumana, es capaz incluso de abordar terrenos para los que no fue diseñado. Aunque influyó (y mucho) la destreza de quien estaba a los mandos.
Cristina, de nuevo al volante, se sentía “como en casa” y se notó: “Básicamente, me he subido como tú en el coche, pero estoy disfrutando”. Aprovechó la primera parte más rápida para demostrar la potencia del Sandrider y en una pista revirada, poco propicia para demostrar las bondades de su Dacia, supo cómo hacer pequeño a ese prototipo que entró en cada curva de un estrecho recorrido derrapando, pero siempre por donde le correspondía. El coche respondió a todas las órdenes de una piloto que como destacaba Tiphanie Isnard, responsable del proyecto Dakar, “ha hecho un trabajo fantástico desde el principio, desde la fase de desarrollo”. Pero sobre todo, que “es muy, muy rápida” como demostró desde el primer momento “en algún tipo de ‘shakedown’ o en carrera”.
Aunque liccwin247.comparativas suelen ser odiosas, especialmente cuando “estás con dos grandes pilotos con tantísimo talento como ‘Seb’ (Loeb) o Nasser (Al Attiyah)“, la realidad de Cristina es que “es rápida y tiene talento”. Por eso, ante las palabras de quien más la ha conocido como piloto en el último año, resultaba imposible no subir al Sandrider con expectativas. Que se cumplieron a la perfección sobre un prototipo con evoluciones, pero no revoluciones. Sí llamaba la atención al entrar de nuevo al habitáculo, la sensación de mayor espacio entre la posición del piloto y copiloto. Pero a nivel de velocidad no cambió nada. Ese espacio simplemente ha sido modificado para mejorar “la transmisión y el motor (donde han incorporado combustible renovable)“. Pero además, Dacia ha endurecido el coche y ha eliminado peso (especialmente de la parte trasera) ”para estar listos de cara a un 2026″ en el que saldrán a por la 48ª edición del Dakar.
Antes de llegar a esa fecha tan señalada, primero deberán validar todas esas novedades que comenzaron a testear en el Nasser Racing Camp y que volverán a poner a prueba en escenarios más favorables como Marruecos (durante test privados) u otros más accesibles como Inglaterra. Para el próximo Dakar, Dacia añadirá una unidad a las tres ya disponibles pero, sobre todo, espera poder dejar disfrutar tanto a Cristina como lo hizo en esta nueva toma de contacto con el Sandrider. Si todo sale bien, la burgalesa, que completará junto a la marca del grupo Renault todo su programa dakariano al completo hasta 2027, tendrá vía libre para atacar. Se lo ha ganado.
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