“Es difícil entender a Márquez”
Marco Rigamonti, jefe técnico de Marc, se rinde a las habilidades del octocampeón. “Si tuviera los giros a la derecha como los tiene a la izquierda sería imbatible”, afirma.


La mejor moto, junto al mejor piloto. De esa manera han definido en infinidad de ocasiones la alianza entre Marc Márquez y Ducati en MotoGP, una vez el español llegó al garaje oficial. Las expectativas en torno al proyecto conjunto que formaron eran muy altas. Sin embargo, desde Borgo Panigale siempre confiaron en protagonizar un mano a mano entre los dos pilotos del Lenovo que por el momento no ha tenido lugar. El octocampeón sí tiene un rival, que en este caso es Álex. Pero sobre todo, disfruta de una complicidad con la Desmosedici que, en parte, es gracias al trabajo que lleva a cabo dentro del box junto a Marco Rigamonti, jefe técnico del ilerdense.
La llegada de Marc a Ducati enfrentó al italiano al desafío de su vida. En un primer momento, la “ilusión y curiosidad por saber cómo se trabaja con un piloto de este calibre” fueron las primeras sensaciones de Rigamonti. Y una vez comenzaron a trabajar, el español lo hizo todo mucho más fácil como reconoce su jefe técnico en Mundo Deportivo: “Te esperas un piloto VIP, alguien que lo ha ganado todo. Crees que es perfecto pero te equivocas. Él siempre está diciendo que se ha equivocado, que no ha dado las indicaciones correctas, saluda a todo el mundo, da las gracias a todo el mundo... Tiene que ser así pero no es tan frecuente. El carácter es lo que más me ha sorprendido, el querer trabajar en equipo”.
Desde el primer momento, Márquez hizo el trato personal sencillo y una vez entraron en materia, todo se simplificó todavía más: “Aprendes mucho trabajando con él. Te da indicaciones, es muy bueno explicando y analizando los datos. También es bueno técnicamente, porque no solo conduce con intensidad, sino que también entiende mucho de lo que sucede en la moto y te da indicaciones para mejorar”. El conocimiento técnico del octocampeón no pasó desapercibido para Ducati, ya que Marc “no simplemente va rápido”, sino que ayuda a describir el camino para serlo: “Te da las instrucciones y tú puedes mejorar en base a lo que te dice”. Aunque realmente, es sobre el asfalto donde marca la diferencia.
“Puedes ver dónde marca la diferencia, que es en la entrada y especialmente en las curvas a izquierdas. Pero decirte qué hace en la moto para marcar esa diferencia... Es todo tan rápido, que es difícil de entender con precisión. Puedes ver más o menos lo que hace, pero explicarle a otro piloto que ‘él hace esta curva de esta manera, tienes que hacerlo así’ es un poco difícil. Pensar en cambiar la forma de pilotar no es fácil, puedes hacerlo pero lleva tiempo. Tienes que entrenarte para hacer lo que hace otro piloto y también tienes que dedicar tiempo a otros entrenamiento. Se puede hacer, pero lleva demasiado tiempo", argumentaba Rigamonti, sobre la imposibilidad de imitar lo que hace Marc al manillar.
“Márquez sería imbatible”
Con cuatro victorias en ocho carreras disputadas y un balance casi perfecto al esprint (solo cedió el triunfo frente a Álex en Silverstone), los primeros pasos de la relación entre Márquez y Ducati parecen el cuento perfecto. Pero a pesar de todos los halagos, Rigamonti también habla de una debilidad sin la que Marc sería imbatible: “Digamos que donde le cuesta un poco más, desde el punto de vista del piloto, son los giros a la derecha. Él dijo que después de la lesión en el brazo es un poco peor en eso, siempre le ha costado, pero ahora es un poco peor. Si también tuviera los giros a la derecha como los tiene a la izquierda sería imbatible".
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