Honda se queda sin respuestas
“Estamos un poco perdidos. Tenemos grandes ingenieros, pero no podemos resolver el problema”, analiza Aleix, después de volver a sufrir con las vibraciones en la RC213V.


El buen comienzo de año que protagonizó Honda se ha ido desvaneciendo con el paso del tiempo. La victoria de Johann Zarco en Le Mans junto a la RC213V del LCR sigue siendo un gran aliciente para la marca del ala dorada. Pero su regularidad y los buenos resultados se han ido difuminando por el camino, mientras que las fábricas europeas han vuelto a dominar MotoGP. Los japoneses ya no aparecen como segundos en la general de constructores, Aprilia y KTM han saltado ese escalón y Ducati sigue en su mundo, cada vez más inalcanzable para la marca de Tokio. Porque primero fue Joan Mir quien habló de la aceleración como punto débil de la moto y ahora, Aleix Espargaró, ha puesto un nuevo inconveniente sobre la mesa.
“No podía pilotar. Después de ocho o diez vueltas estaba desesperado. Tuve que soltar el acelerador y cometí muchos errores. Se trataba simplemente de terminar la carrera”, relata Aleix, sobre cómo gestionó las 26 vueltas en Assen; donde compareció con los colores del equipo oficial del Honda Castrol para cubrir la baja de Luca Marini. El de Granollers dejó de lado su papel de probador para retomar de manera puntual la faceta de piloto. Y dentro de ese nuevo rol, le tocó sufrir el problema de vibraciones que actualmente, en su opinión, es el mayor obstáculo de la RC213V. Porque las décimas que se dejan atrás sobre la recta, serían factibles de recuperar en otras zonas del circuito si la moto japonesa fuese estable. Pero la sensación de inseguridad sigue afectando a HRC.
La confesión de Espargaró no ha abierto la caja de Pandora, pues a pesar de ser el mejor representante de Honda en la tabla, Zarco ha hablado de manera recurrente sobre las vibraciones que afectan a la RC213V. Pero la realidad es que dentro del problema, el gran contratiempo resulta ser la falta de soluciones: “Tenemos algunas ideas y ya probamos varias cosas en Barcelona. Jugamos con el peso y probamos diferentes basculantes. Pero estamos un poco perdidos. Suena extraño porque tenemos grandes ingenieros y somos un fabricante importante. Pero no podemos resolver el problema. Es muy frustrante”.
“Las vibraciones fueron realmente increíbles” durante el fin de semana de Aleix en Assen. Y esa falta de sensaciones es decisiva en un proceso de adaptación, donde para mejorar la moto el primer paso es tener confianza en ella. “Si corriera toda la temporada, mi tarea más importante sería acostumbrarme a rodar con vibraciones”, explica Espargaró, que se enfrenta a una situación completamente opuesta. Su rodaje con la RC213V se limita a las pruebas y además, en los últimos grandes premios, las buenas actuaciones de los pilotos titulares se han convertido en caídas y contratiempos que tampoco ayudan. En Japón reaparecen los viejos fantasmas...
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