Alcaraz se ha nadalizado

Una semana después de la épica remontada de Carlos Alcaraz ante Jannik Sinner en Roland Garros, mientras el murciano se prepara ya para el asalto de la hierba de Queen’s, la gesta de París todavía permanece en las conversaciones cotidianas. ¿Nos les pasa a ustedes? Confieso, por mi parte, que este fin de semana aún había gente que me seguía preguntando: “¿Viste la final de Alcaraz?”. Como si fuera un evento histórico que une a todos los aficionados. Durante mucho tiempo recordaremos qué estábamos haciendo durante las cinco horas y media en las que Carlitos volteó un partido que tenía imposible. Como lo fue aquel 12-1 de España-Malta con el gol de Señor, o la parada de Casillas y el tanto de Iniesta en el Mundial de Sudáfrica, o el día que Indurain se puso por primera vez líder del Tour escapado con Chiappucci, o el primer Wimbledon que Nadal le arrebató a Federer tras varias interrupciones… Hay sucesos que marcan a generaciones enteras.

No era la primera vez que conquistaba un Grand Slam. De hecho, era el quinto título, en un asombroso cinco de cinco. Entre ellos hay dos victorias en el All England ante Novak Djokovic, que solo por el nombre del rival ya tenía que pasar a los anales del deporte español. Pero no. Ha sido la remontada ante Sinner cuando Alcaraz se ha sellado para siempre en nuestro corazón. La causa tiene mucho que ver con Rafa Nadal. Y no voy a entrar a compararlos. Pero creo que la afición necesitaba ver a Alcaraz resurgir al filo de lo imposible, como tantas veces hizo Rafa. Y que lo haya hecho además en París, al lado de la placa que inmortaliza al balear, añade más dosis de simbolismo al triunfo. Carlitos se ha nadalizado. Insisto, no los estoy comparando. Cada uno tiene su personalidad. Escribo de sentimientos. Pero su leyenda tendrá para siempre un antes y un después de Roland Garros 2025.

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