Cinco fichajes y a confiar en Cocca
Al margen de Nikistcher, al Real Valladolid le faltan otros cuatro refuerzos para completar la plantilla con un mínimo de garantías.


Queda ya menos de una semana para el cierre del mercado invernal de fichajes. Quedan, por delante, los días claves, los definitivos, aquellos en los que se activan la mayor parte de las operaciones. De hecho, pienso que reducir el mercado de fichajes de enero a un par de semanas sería lo más acertado. Se realizarían las operaciones en menos tiempo y los equipos estarían menos días mareando la perdiz. En el Real Valladolid, de momento, llevamos cuatro salidas y una llegada. Se han marchado Meseguer, De la Hoz, Juma y Kike Pérez. Llega Nikitscher, que debería debutar ya este sábado en Villarreal como titular. Mientras, el club quiere sacar a Cenk, Machis, Kenedy, Amath, y hasta cabe la posibilidad de que salga Iván Sánchez, aunque también es posible que ninguno acabe saliendo y sigan aquí fieles a los contratos que el club firmó sin que nadie le obligara.
Por tanto, además de la llegada del húngaro, faltan al menos otros cuatro fichajes para tratar de completar con un mínimo de garantías una plantilla, y sobre todo un equipo inicial, que permita a Diego Cocca tratar de formar un bloque que haga cambiar por completo la situación. No queda otra que encomendarse a lo que queda de mercado y a los brotes verdes atisbados desde que ha llegado el nuevo entrenador. Pero no nos engañemos: la situación es casi desesperada, a seis puntos de la permanencia, con 17 partidos por jugarse y con un calendario inmediato como para echarse a temblar. El mes de enero deja salidas a Villarreal, Vallecas y Bilbao, todos ellos entre los tres primeros, y la visita a Zorrilla del Sevilla. Casi nada.
Pero hay que agarrarse a cualquier posibilidad que se pueda presentar. Para ello es necesario que el Real Valladolid sacuda el tablero con alguna victoria en las próximas salidas y se rearme de confianza y de moral. Alargar un poco más la racha de malos resultados puede llegar a ser letal. Es cierto que al fondo, en el horizonte, se atisba la Segunda División, pero también lo es que “mientras hay vida hay esperanza”, y que todo pasa por conseguir un equipo competitivo que rinda muy por encima de lo que se ha visto a lo largo de la presente temporada. Lo último que se puede hacer a estas alturas es tirar la toalla. Ya sé que no es una misión fácil, para nada, pero todo empieza por tratar de ganar el sábado en Villarreal y si no se puede, la semana siguiente en Madrid. No queda otra.
Y quería referirme a dos de los jugadores que se han marchado recientemente del Valladolid. Por un lado, Juma. El africano jugará en Lens como cedido por el Manchester City tras abonar su representante los seis millones de euros de euros de su claúsula de rescisión. En una situación que ha sido toda ella bastante lamentable. Con acusaciones de mentir y de robar lanzadas a la cara de cada una de las partes.
Visto a posteriori, y sin creer o dejar de creer a nadie en concreto, lo normal es que tras rechazar el Valladolid ofertas de Fenerbahce, Inter y Milan por no aceptar dejar a Juma como cedido hasta el final de la temporada, se hubiera llegado a un acuerdo con el City para el tras paso quedando cedido aquí el jugador y no en el Lens. Pero con el City nunca hubo negociación, según el club, y lo único que consta es el pago de la claúsula de manera unilateral por parte de Patrick Mörk sin dar ninguna opción de cualquier otra situación. Una pena todo, eso sí, con seis kilos en la caja del Valladolid. Aquí todo el mundo ha ganado, incluido, por supuesto, el representante.
Y termino con Kike Pérez, un jugador que jamás ha manifestado el más mínimo compromiso por seguir en este club. Que cuando se descendió fue el primero en salir corriendo al Elche o al Rayo Vallecano en Primera. Y que, en cuento le llego la oferta del Venezia, manifestó su intención de volverse a marchar. El club lo ha liberado previo pago del Venezia y el ahorro proporcional de la ficha del jugador. Como se suele decir, que tanta paz lleve como descanso deje.
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