OPINIÓN

El ‘Indiscutido’ peso pesado

Tyson Fury y Oleksandr Usyk unificarán la división de los pesos pesados por primera vez en la historia desde que reinan los cuatro organismos mañana, en Arabia Saudí.

Tyson Fury y Oleksandr Usyk en la rueda de prensa previa al combate.
Andrew Couldridge
Juan Gutiérrez
Subdirector de polideportivo. Ha desarrollado toda su carrera en AS desde 1991. Cubrió dos Juegos Olímpicos, siete Mundiales de ciclismo y uno de esquí, 12 veces el Tour y la Vuelta, seis el Giro… En 2007 fue nombrado jefe de Más Deporte, puesto que ocupó hasta 2017, cuando ascendió a subdirector en las áreas de Motor, Baloncesto y Más Deporte.
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Durante gran parte del pasado siglo, el Mundial de los pesos pesados paralizaba el planeta. Hay grandes nombres de la historia del deporte que proceden de esos duelos, con Muhammad Ali al frente. El último icono de la división fue, seguramente, Mike Tyson. Quizá Evander Holyfield. Después de ellos surgió la figura de Lennox Lewis, el último que unificó todos los cinturones de la categoría. Por entonces había tres organizaciones relevantes que concedían títulos mundiales. Ahora son cuatro: CMB, AMB, FIB y OMB. Sin contar la IBO, de menor rango. Un gazpacho de siglas que ha aumentado la confusión y ha influido en la caída del interés. El boxeo es más difícil de seguir si hay que multiplicar los campeones por cuatro. Pero no es la única razón. También ha habido una pérdida de carisma y cierta proliferación de púgiles más academicistas, que alcanzaron su cénit con los hermanos Klitschko, poderosos y fríos dominadores. La sociedad ha cambiado igualmente sus gustos, las peleas no se aplauden como antaño, aunque este argumento se contradice con la irrupción de la UFC. Un distintivo de estas MMA, y que contrasta notablemente con el boxeo, es que enfrenta asiduamente a sus mejores entre sí. En un cuadrilátero cuesta un mundo ver combates entre los más grandes, un error con consecuencias.

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Mañana se enfrentarán los dos pesos pesados del momento, Tyson Fury y Oleksandr Usyk, con todos los títulos en liza. La pelea se vende con el cartel de ‘Undisputed Heavyweight World Championship’. De ella saldrá el ‘Indiscutido’, una corona que nadie ha ostentado desde Lewis en 1999. El inglés tendrá sucesor 25 años después, pero con un cinturón más, porque la OMB ha ganado un prestigio que entonces no tenía. Un salto para devolver a los pesados a la primera plana con un campeón único. Aunque lo del carisma ya es otra historia que no se puede resolver en un ring.

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