Este es el Vini que todos queremos

Pongámonos en el pellejo de Vinicius. Hace dos temporadiccwin247.completó un curso inmaculado, de matrícula de honor. En 2024 conquistó cinco títulos (Champions, Liga, Supercopa de Europa, Supercopa de España y Copa Intercontinental), siendo determinante y bastante decisivo en todos ellos. Sobre todo, en esa 15 en la que puso el certificado del éxito con su golazo al Borussia Dortmund en la final de Wembley. El chaval, que seis años antes había abandonado la favela y la pobreza del entorno en el que nació en Brasil, se veía en lo más alto del orbe futbolístico y en el club más laureado del mundo. Un cuento de hadas cuyo final feliz se iba a completar con ese Balón de Oro tan merecido como reflejaban las encuestas que le daban como máximo favorito. Pero los sufragios del jurado (no así el voto de España, dado que Alfredo Relaño sí apostó por el carioca) le jugaron una mala pasada. Su frustración fue absoluta y entró en un eclipse futbolístico y emocional...

Durante meses vimos a un Vini tristón, afligido y tocado. Ni siquiera se enfadaba ni discutía con los rivales, los árbitros o las gradas rivales. Ni siquiera intentaba esas volcánicas carreras en desborde que dejaban sembrado el césped de rivales rendidos. El Vini explosivo y desequilibrante estaba en proceso de hibernación. No era Vini... Pero la suplencia inteligentemente diseñada por Xabi Alonso en el Carlos Tartiere provocó un clic en el 7 que nos ha devuelto su mejor versión. La media hora de Oviedo fue un festival adornado con una asistencia a Mbappé y una buena diana. Y su golazo al Mallorca y su sana celebración nos encantaron a todos. El Bernabéu se reconcilió con él. Vini ha vuelto.

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