Faltó el gol y el Valladolid vuelve a ser colista

De poco sirvió la buena imagen dada ante el Espanyol. Otra vez vimos un Real Valladolid que sabía a lo que tenía que jugar y que fue más incisivo que en la gran mayoría de las salidas que se han ido dando a lo largo de esta temporada. Pero esa mejoría que empieza a consolidarse no impidió la derrota ni la vuelta a la última posición tras los resultados que se dieron con los rivales directos por evitar el descenso. Conclusión, el balance del fin de semana fue un desastre. Cuando se presentaba la posibilidad de salir de descenso y cuando no se jugó mal, la permanencia se ha situado ya a cinco puntos de distancia. Y el domingo el Real Madrid. Y encima se lesiona Moro.

Es como si todo se fuera poniendo permanentemente en contra. Es ese tipo de temporada en la que todo es susceptible de empeorar y acaba empeorando. En Cornellá se jugó para empatar e incluso para ganar, pero la falta de gol fue letal. Que a estas alturas de campeonato, entre Latasa, Marcos André y Sylla lleven solo tres goles, da idea de las enormes carencias que tiene el Real Valladolid en una posición decisiva en cualquier club. Es un dato aterrador y que condena a cualquier equipo que lo sufra. Que, a estas alturas y con estas cifras, el club no se esté planteando como prioridad absoluta fichar un delantero con gol choca de lleno con el sentido común. La falta de gol es un problema gravísimo que está arruinando la temporada, pero no es el único. La facilidad con la que se encajan goles es abrumadora y sigue sin corregirse. Cada balón que llega entre los palos casi siempre acaba en gol. La defensa no acaba de funcionar y el portero no merece ser destacado en casi ningún partido. Otro problema capital.

El calendario más próximo es complicado, con la visita del líder a Zorrilla y dos salidas consecutivas para complicar más las cosas. Porque cada jornada en la que se esté sin puntuar agravará más la situación. Ahora son cinco puntos de margen con la permanencia y si no se gana pronto otro partido la cifra aumentará. El tiempo corre en contra y el reloj aprieta, sin embargo y a pesar de que ya han salido dos jugadores de la plantilla, nadie llega para reforzar. Catoira sigue diagnosticando su palabra favorita, tranquilidad. El equipo se va a Segunda pero él no parece muy alterado. Ya tiene experiencia porque hace dos años bajó con el Espanyol. Tiene poso. Eso debe ser.

Y el sábado, con todas las entradas vendidas, llega el Real Madrid. No se puede dar por entregado el partido de antemano, para nada. La mejoría de estos dos últimos partidos y el haber ganado ante Valencia y Betis en Zorrilla debe dar ánimo para luchar por puntuar. Eso, y la extrema necesidad que hay de puntos. Después llegarán dos salidas seguidas a Villarreal y Vallecas y o se gana partidos o las distancias serán irrecuperables. Es verdad que ahora, tras lo acontecido este fin de semana, la moral ha vuelto a bajar, pero solo el Real Valladolid con su juego y con su lucha puede tratar de darle vuelta a la situación. Quedan 18 jornadas por delante y no se puede tirar la toalla.