Gracias, Di Gregorio

La Juventus deja el Mundial consciente de que su nivel actual está todavía lejos del de los grandes de Europa. Su periplo de los últimos cursos no está a la altura de la que siempre ha sido su historia, y esperar que esta competición, con el cansancio acumulado tras una temporada muy gris y con cambio de entrenador incluido, pudiera cambiar el panorama era un exceso de optimismo nacido en las dos primeras jornadas de la fase de grupos, y desaparecido en la tercera, cuando apareció el City.

Con el Real Madrid, el objetivo era recuperar el orgullo, y se ha conseguido, porque un 0-1 contra los blancos es un resultado aceptable. Sin embargo, hay que darle las gracias sobre todo a Michele Di Gregorio.

Tras una primera media hora positiva, la Juventus cedió totalmente la iniciativa a los merengues, y si este martes no sufrió otra goleada fue gracias a una actuación espectacular del portero, que corona una temporada soberbia en la que se confirmó como uno de los mejores guardametas del Calcio tras haber ganado el MVP de la categoría en 2024, cuando militaba en el Monza.

El italiano cerró el encuentro con 10 paradas, algunas de ellas espectaculares y casi todas decisivas para mantener con vida a una Vecchia Signora que se despide de una temporada sin alegrías. A Tudor, que cuenta con la plena confianza de la directiva juventina, le queda mucho trabajo por delante.

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