La moral de la tropa

Las dos derrotas contra el Barça han dolido al equipo y la afición, pero los blancos se sobrepondrán. Contra el Celta, más que un sorbo de Copa, fue un trago hasta la prórroga. Es necesario que los futbolistas recobren la confianza en sí mismos, que crean en sus posibilidades y no de una forma arrogante, sino a través del trabajo y el esfuerzo que mejore el rendimiento de la plantilla. Y se puede mejorar. Hay que elevar la moral de la tropa, algo deteriorada, como es lógico.

Una forma de mejorar sería con incorporaciones para cubrir déficits, como el del lateral derecho, que ocupa un buen futbolista, pero que no es defensa, Lucas Vázquez. Además, también es posible encontrar soluciones cambiando la disposición de los futbolistas, sobre todo en los partidos potentes. El Madrid está jugando con las líneas muy distanciadas, muy pocos apoyos, escasas ayudas en defensa y mucho desequilibrio. El equipo necesita armarse con más centro del campo y juntar líneas. En defensa, salvo Rüdiger, hay mucha inseguridad. Parece más consistente Asencio que Thouameni, que no es el culpable de todo, como señalan injustamente algunos. En el lateral izquierdo, a la espera de la vuelta -y a saber en qué condiciones- de Alaba, el que más rinde se llama Camavinga. Arriba, con las escasas virtudes defensivas que tienen los delanteros, no se debería jugar con tres. Se crean más ocasiones cuando juegan dos delanteros, contando con un centrocampista más. Incluso no se debería descartar, excepcionalmente, jugar en algún partido con uno, por ejemplo Mbappé, acompañado de dos mediapuntas con llegada, Bellingham y Brahim, Güler u otro, y sumando tres centrocampistas más, Valverde y otros dos.

Ancelotti conoce mejor que nadie la situación y las posibles soluciones, aunque también tiene que medir, cosa que no hacemos los demás, las consecuencias y las reacciones que pueden producirse al tomar algunas decisiones. Nadie dijo que ser el entrenador del Real Madrid fuera fácil.