Lo de los centrales aún tiene arreglo

La severa derrota sufrida ante el PSG ha puesto una nube negra donde lo que hasta el pasado miércoles era un atractivo anticiclón con la celebrada llegada de Xabi Alonso al banquillo. Dos errores individuales de Asencio y Rüdiger han hecho creer a algunos que el castillo de naipes se ha derrumbado sin solución. Me parece un juicio precipitado y exagerado. Mientras escribo estas líneas, me he deleitado viendo una película española de 1968: El marino de los puños de oro. En la trama, Pedro Carrasco, que en la realidad llegó a ser campeón del mundo de boxeo, cuenta cómo el joven púgil que estaba alistado en la Marina es capaz de superar una mala racha por no cuidar su vida personal hasta levantarse y ganar el Campeonato de Europa en el Palacio de los Deportes de Goya ante el campeón de Francia. En el maravilloso reparto, en el que también estaban Antonio Garisa, Sonia Bruno (esposa de Pirri, nuestro Presidente de Honor), Andrés Pajares, Ángel de Andrés, Saza y Venancio Muro, se atisba una filosofía consistente en intentar llegar al éxito deportivo con tres premisas innegociables: profesionalidad, disciplina en el entrenamiento y mucho compromiso.

En la cinta también dejan una máxima perfecta: “Para conseguir en la vida lo que uno quiere, hay que renunciar a muchas cosas que uno quiere”. Y también se oye de fondo: “Esto es como el Madrid, que ya tiene seis Copas de Europa”. Extrapolando en el tiempo, ahora se diría que el Madrid tiene 15 Champions. Casi nada. Por eso, confiemos en la total recuperación de Militao, en el asentamiento del gran Huijsen y en que Asencio y Rüdiger se resetearán y volverán a ser dos centrales magníficos. Confío en todos ellos.

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