Los músculos han tomado el poder
“En los últimos años, la parte física del fútbol ha tomado el poder y, si bien todavía quedan jugadores muy técnicos, no pueden hacer nada sin imponer también sus músculos...”
La nostalgia me ha empujado a volver a ver por enésima vez lo que considero el partido más bonito de la historia del fútbol. El Francia-Brasil, cuartos de final del Mundial de México de 1986, que terminó con la victoria de mi país en los penaltis, me ha dejado un recuerdo imborrable. Los Platini, Zico, Giresse, Sócrates, Fernández, Tigana, entre muchas estrellas, ofrecieron un espectáculo donde la pelota era la protagonista y la técnica el valor absoluto. Y todo ello a un ritmo que sería inconcebible hoy en día en este fútbol de rapidez impuesta.
Me pregunto: ¿Qué sería de esos artistas si, con las mismas características, hubieran jugado el Mundial de Clubes que acaba de terminar? Me pregunto incluso: ¿De verdad Zidane y Ronaldo Nazario, con sus limitaciones atléticas, tendrían hoy la misma carrera gloriosa? En los últimos años, la parte física del fútbol ha tomado el poder y, si bien todavía quedan jugadores muy técnicos, no pueden hacer nada sin imponer también sus músculos. Ver lo que han hecho los del PSG y del Chelsea durante el Mundial, por ejemplo con su asfixiante y continua presión, es una prueba más de que el éxito necesita una condición física impresionante. En el Real Madrid podemos debatir sobre el 4-3-3 o preguntarnos si hay que jugar con dos o tres delanteros, no tiene ningún interés si el aspecto atlético no funciona. Y Xabi lo sabe.
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