Lourdes y el milagro del fútbol
Cuando vea a un futbolista del Madrid o de la Juve quejarse por cualquier pequeño lance, me acordaré con cariño de los chicos del ‘Cenacolo’ de Lourdes.


Escribo estas líneas desde el tren de vuelta de Lourdes después de una bonita peregrinación mariana. El sábado por la noche tuve ocasión de compartir la cena con miembros del ‘Cenacolo’, una comunidad fundada por una monja italiana y que está presente en numerosos países del mundo, entre ellos Francia y España. Acoge a jóvenes en gran dificultad por culpa de las drogas y otro tipo de adicciones mortíferas. La casualidad (o el Espíritu Santo) me ha llevado a sentarme a una mesa de españoles. Y por supuesto hablamos de la pelota. Había dos chicos del Madrid, uno del Getafe y uno del Barça. Fue un momento de inmensa fraternidad y de indescriptible emoción.
Me contaron que el fútbol era parte de la terapia y que jugaban tres veces a la semana. Sin embargo, las reglas que se autoimponen son muy diferentes a las habituales y me han hecho reflexionar. No hay árbitro y el jugador que recibe una falta no tiene derecho a protestar, ni siquiera a señalar nada. Es el que comete la infracción quien debe reconocer su culpa y dejar el balón al otro. Tampoco se cuentan los goles. No digo que el fútbol profesional pueda seguir esas radicales reglas, sino que no estaría mal que se inspire un poco en esa forma de ver el deporte. Esta noche, cuando vea a un futbolista del Madrid o de la Juve quejarse por cualquier pequeño lance, me acordaré con cariño de los chicos del ‘Cenacolo’ de Lourdes.
¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de .
¿Buscas licenciar contenido? Haz clic
Rellene su nombre y apellidos para comentar