Opinión

Palou persigue la leyenda

Sus cuatro títulos le sitúan, además, en el tercer peldaño de la historia.

Palou, tetracampeón de la IndyCar.
CHRIS OWENS
Juan Gutiérrez
Subdirector de polideportivo. Ha desarrollado toda su carrera en AS desde 1991. Cubrió dos Juegos Olímpicos, siete Mundiales de ciclismo y uno de esquí, 12 veces el Tour y la Vuelta, seis el Giro… En 2007 fue nombrado jefe de Más Deporte, puesto que ocupó hasta 2017, cuando ascendió a subdirector en las áreas de Motor, Baloncesto y Más Deporte.
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Alex Palou persigue la leyenda. Ayer dio un paso más en Portland. No camina hacia la leyenda del deporte español, porque eso ya lo es. Ningún piloto nacional había ganado las IndyCar Series antes de que Palou lograra su primer título en 2021. Y tampoco nadie había ganado su prueba reina antes de que el catalán lo hiciera en el presente 2025: las míticas 500 Millas de Indianápolis. Ni siquiera Fernando Alonso, que bien que lo intentó. Ni tampoco el pionero Oriol Serviá, ahora al volante del coche de seguridad. Su reino es mucho más extenso. Álex se codea ya con los mejores de siempre en el palmarés de la principal competición del automovilismo estadounidense. No es la Fórmula 1, vale. Pero es un gran campeonato.

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El piloto de Ganassi sumó ayer su cuarta corona en la IndyCar, que también es la tercera consecutiva. Cuatro en seis participaciones. Palou es el jefe. Este año más que nunca. Su dominio ha sido incontestable. Ha vencido en ocho de las 15 carreras disputadas hasta la fecha, y todavía tiene a tiro empatar el récord de diez victorias si se impone en las dos restantes: Milwaukee y Nashville. No es una hipótesis loca, si nos atenemos a los antecedentes. Palou comenzó la campaña con cinco triunfos en las seis primeras citas, entre ellas la Indy 500, donde aprobó su única asignatura pendiente. En un símil taurino, ganar en el óvalo de Indianápolis es como abrir la puerta grande de Las Ventas. Por muchos campeonatos que uno sume, o por muchas orejas que el otro corte, los dos necesitan la confirmación de coronarse en el templo. Álex ya la tiene. Y seguramente no será su única vez. Por esa razón, esta edición ha sido más especial que ninguna. Una temporada mágica. Sus cuatro títulos le sitúan, además, en el tercer peldaño de la historia. Ya solo otea por delante a A. J. Foyt, con siete trofeos, y Scott Dixon, con seis. Dos leyendas al volante. Álex Palou sigue esa estela.

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