Opinión

Pogacar no deja dudas

Las dudas sobre el esloveno se han trasladado de un zarpazo a Vingegaard. Esto es ciclismo, pero, por lo visto, sigue siendo el número uno para el Tour.

Pogacar no deja dudas
ANNE-CHRISTINE POUJOULAT | AFP
Juan Gutiérrez
Subdirector de polideportivo. Ha desarrollado toda su carrera en AS desde 1991. Cubrió dos Juegos Olímpicos, siete Mundiales de ciclismo y uno de esquí, 12 veces el Tour y la Vuelta, seis el Giro… En 2007 fue nombrado jefe de Más Deporte, puesto que ocupó hasta 2017, cuando ascendió a subdirector en las áreas de Motor, Baloncesto y Más Deporte.
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Si nada se tuerce este domingo en la última traca, Pogacar se coronará campeón del Dauphiné 2025, el mejor termómetro para el Tour de Francia. La presente edición había creado una enorme expectación, porque en el pelotón de salida estaba los tres ciclistas que coparon el podio del Tour en 2024: Tadej Pogacar, Jonas Vingegaard y Remco Evenepoel. Los tres han lucido en momentos puntuales de la carrera, trasladando las dudas de uno a otro, pero a la hora de la verdad, cuando el asfalto se elevó hacia el cielo, el esloveno ha despejado cualquier interrogante que hubiera surgido en días anteriores. La mayor incertidumbre respecto a Pogi se generó el miércoles en la contrarreloj, donde Evenepoel le distanció por 49 segundos, algo que podemos considerar normal por la condición de contrarrelojista del belga, y Vingegaard le metió un mordisco de 28 segundos, algo menos lógico, porque ambos suelen tener prestaciones más parejas.

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Ese golpe del danés abría una incógnita sobre el estado de su rival, que despejó con contundencia en la montaña del viernes, donde le metió un minuto al líder del Visma, y corroboró este sábado en la etapa reina, aunque el nórdico entró más cerca. Las dudas sobre Pogacar se han traslado de un zarpazo a Vingegaard. Después de la crono, todos nos relamíamos con un Tour más igualado. Algo bueno para la competición, dominada en 2024 con mano de hierro por Tadej. Esa igualdad aún es posible, pero el panorama que nos pinta ahora el Dauphiné está más cerca de la dictadura de Pogacar que de la rebelión de Vingegaard. A Remco, de momento, no le incluimos en la ecuación. El año pasado demostró que puede con el Tour, pero de ahí a rivalizar con los otros dos tenores, hay un trecho importante. No descartemos nada. Esto es ciclismo. Pero Pogacar, por lo visto, sigue siendo el número uno. Y cualquier otra resolución sería una sorpresa.

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