Probar y equivocarse
El estreno del Real Madrid de Xabi Alonso defraudó, aunque habría que preguntarse si no eran demasiado altas las expectativas.

El estreno del Real Madrid de Xabi Alonso defraudó, aunque habría que preguntarse si no eran demasiado altas las expectativas teniendo en cuenta el poco tiempo que lleva trabajando, las numerosas bajas y, sobre todo, que por ahora no ha habido un cambio esencial en la plantilla, porque Arnold y Huijsen, siendo buenas incorporaciones, no son un factor diferencial.
El entrenador tolosarra está obligado a probar y convencerse, como es normal, y decidió apostar por algo ya visto muchas veces esta temporada, un 4-3-3 con Tchouameni, Valverde y Bellingham en el mediocampo, y volvió a ser un equipo deshilachado y débil, superado con facilidad por los veteranos mercenarios saudíes. Xabi Alonso puede darle muchas vueltas a esa fórmula, indicarles modificaciones para iniciar el juego o para colocarse tras la pérdida de pelota, pero la combinación de esos tres jugadores en el medio no funciona. Parece que hace falta otra cosa.
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La entrada de Güler por Tchouameni -cada vez más defensa central- mejoró la disposición del equipo porque el turco se mueve con más facilidad en el campo rival y se ofrece mucho, pero eso también se vio la temporada pasada y no terminó de ser la solución para conectar bien con los de arriba. La presencia de Rodrygo en la derecha por delante de Arnold impidió que viéramos si el británico tiene el rock&roll que los aficionados esperan de él, porque no se le ha fichado para que intente jugar por dentro. Otra mala noticia es que Vinicius sigue medio desconectado, y eso que no estaba Mbappé. A falta de que en agosto llegue Mastantuono, parece claro que probar con lo mismo es equivocarse.
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