Recuerden el ‘Grazie Inter’
La rabia acumulada en el vestuario azulgrana desde el pasado martes en el Giuseppe Meazza se descorchará como una botella de cava.


Los periodistas somos especialistas en predecir el pasado, pero con respecto a la adivinación vamos justitos. Por eso, y por la comprobada maldición del locutor adivino, se me ocurrió pronosticar nuestra eliminación el pasado martes ante el Inter, con la confianza de que pasase justo lo contrario. Faltó poco para que funcionase ese meigallo o vudú a la inversa.
No perdimos por el árbitro, Marciniak, a pesar de su caserísima actuación, ni por falta de veteranía y esas chorradas sobrevaloradas. Perdimos por falta de contundencia defensiva y por mala suerte. Por eso se habla de jugar al fútbol (no se juega al atletismo o la natación); y por eso, porque es un juego, a veces interviene el azar, ese golpe de la fortuna que hace que en el último minuto un tiro de Lamine al palo no entre y sí lo haga en la siguiente jugada en la puerta contraria. Por eso dolió tanto esa honrosa derrota, porque acariciamos la final de la Champions con la punta de los dedos.

Araújo, bajo sospecha
En el fútbol también una mancha de mora con otra mora se quita. El Clásico de esta tarde en Montjuïc es esa mora, y puesto que no se me da mal eso de la adivinación, no tengo ninguna duda de que hoy campeonaremos, que la rabia acumulada en el vestuario azulgrana desde el pasado martes en el Giuseppe Meazza se descorchará como una botella de cava ante los que colocaron esta semana la pancarta de Grazie Inter en Valdebebas.
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