Xabi y el Madrid convencen


El cuarto pasaje de la etapa de Xabi Alonso describió la evolución positiva del Madrid en este Mundial. No se pueden esperar milagros en tan poco tiempo, pero se vislumbra un nuevo aire en todos los aspectos del juego que mejora las credenciales blancas de cara al mundo. Es un equipo más consistente, que no va solo a fogonazos y que se intenta atribuir el gobierno de los partidos. Se trata de un comienzo que puede ser un gran final.
En todo caso, el Madrid tuvo que corregirse ante la Juventus porque no empezó bien, pese a que Xabi repitió once y el dibujo de tres centrales. Le faltó esmero en el repliegue con la defensa adelantada y, ante ese panorama, floreció el talento de Yildiz en cada recepción interior entre Güler y Trent. La Juve se vio en el lugar que quería, sin sufrir a nivel defensivo con el bloque muy atrás y con sacudidas peligrosas a nivel ofensivo. El Madrid tardó en dar el ritmo suficiente a la circulación de sus ataques posicionales, con poca movilidad de sus piezas y aferrado a acciones aisladas de tiros lejanos. Aun así, cada vez que su partitura tomaba temperatura ponía en un brete al sistema de Tudor. Se sabía que la Juve no destacaba por su estabilidad colectiva, aunque Di Gregorio resultó capital para camuflar los innumerables problemas de su equipo. Hasta que pudo...
Porque el Madrid ganó muchos enteros tras la reanudación. En cierta manera, se asemejó al del primer tiempo contra el Salzburgo. Fue un equipo cohesionado y vigoroso, con sustancia en la presión y continua amenaza ofensiva. Huijsen orquestó la iniciación y la anticipación y Tchouameni volvió a subrayar su creciente relevancia hasta cuando cogió metros en el campo para hacer la salida atrás con dos. El Madrid desbordó a la Juve al caer Vinicius más a la izquierda para dar amplitud y liberarse Valverde en el interior. En esas circunstancias, también lució más Alexander-Arnold, que puso un caramelo en la cabeza de Gonzalo. El canterano también tiene estas cosas. Si no juega el mejor de los partidos, es capaz de dejar su firma por una capacidad goleadora innata. Además, el bloque blanco se mostró compacto y resolutivo, sin fisuras manifiestas. Resulta llamativo la novedosa entrega defensiva de Vinicius, que ya no es decorativa. Su implicación en este registro es un rasgo que habla bien del inicio de Xabi Alonso en el Madrid. Él y su equipo convencen.
Ruptura simultánea

Los tres centrocampistas se juntan para hacer una jugada perfectamente hilada. Güler lanza un balón a la espalda de la zaga italiana al percatarse de las rupturas de Valverde y Bellingham. El inglés ataca el área después y el uruguayo le pone de cara a un gol que Di Gregorio impidió.
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