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Tenis | US Open

Alcaraz solventa con autoridad un partido infumable

El español, con su corte de pelo militar, vence al estadounidense Opelka en un duelo pesado y sin ritmo. El italiano Bellucci le espera en la segunda ronda.

Carlos Alcaraz, durante su partido contra Reilly Opelka en el US Open.
Nacho Albarrán
Nació en Madrid en 1972. Se licenció en Periodismo por la Universidad Complutense. Entró en AS en 1996 para documentar partidos de fútbol y estuvo en Cierre antes de encargarse, durante cinco años, de la delegación de Asturias. Después formó parte del equipo de Ediciones y fue redactor de Baloncesto. Desde 2017 se ocupa del tenis día y noche.
Nueva York Actualizado a

No hubo show en la segunda sesión nocturna del US Open. El prolegómeno, con el homenaje a los hermanos Bryan y a María Sharapova, nuevos miembros del Salón de la Fama del Tenis, no fue seguido por un espectáculo al más puro estilo americano, porque ni ni Reilly Opelka pudieron hacerlo posible. Era lo previsible dada la condición de cañonero del gigantón estadounidense de 2,11 metros, líder del curso en saques directos. Lo lógico era que ganara el español y lo hizo con autoridad, de una manera muy práctica, en un partido infumable y sin ritmo: 6-4, 7-5 y 6-4 en 2h05.

“Ha sido muy difícil. Reilly es muy complicado con su saque, no he podido tener el ritmo que quería en el partido, pero estoy feliz con todo. El resto ha estado muy bien, y he intentado jugar mi mejor tenis. En general, creo que he hecho una gran actuación hoy. Sientes que nada depende de ti, sino de él, por su forma de jugar desde el fondo. Tienes que estar centrado, meter los restos e intentar ganar los puntos en los que te permita jugar desde el fondo. Es complicado siempre contra alguien que no te deja jugar tu tenis”, dijo Alcaraz, que se presentó en la central del torneo estadounidense con un corte de pelo al estilo militar que fue la comidilla en Flushing Meadows durante toda la tarde-noche, con división de opiniones.

“Es horrible, terrible”, bromeó Frances Tiafoe. “Lo que más te gusta de él es su capacidad de ser tan libre y seguro, y su aura particular que trasciende el tenis”, alabó Sharapova. “¿Se lo rapó su peluquero de España, el que trajo a Wimbledon? Porque se puede conseguir aquí por 20 dólares”, señaló, con sorna, John McEnroe. El caso es que el Teniente Alcaraz, con el aspecto fornido y marcial de Demi Moore en aquella famosa película, acentuado por su camiseta de color burdeos sin mangas, superó el estreno en un Grand Slam por 19ª vez en sus primeras 19 apariciones, algo que solo consiguieron en su día Bjorn Borg y Rafa Nadal. El miércoles se enfrentará a Mattia Bellucci. El italiano, de 24 años y 65º del mundo, ganó a Juncheng Shang (7-6 (0), 1-6, 6-3, 3-0 y retirada del chino en 2h50).

De menos a menos

No es fácil, ni queriendo, no ganar un punto al resto en todo un set. Pues eso es lo que hizo Opelka en el primero. Horroroso en las devoluciones, el americano fue incapaz de generar la más mínima inquietud contra los servicios de Alcaraz. Es cierto que el murciano lo bordó en ese aspecto, pero no dejó de ser inusual y negativo el desempeño de su rival. Para colmo, tampoco sacó a su máximo nivel, por eso encajó un break en el quinto juego que le fue más que suficiente a Carlos para controlar la situación.

Era difícil que el de El Palmar continuara tan firme al saque y que Opelka no espabilara, aunque fuera un poquito, al resto. Por eso la segunda manga fue más larga y competida. De hecho, después de ganar el mejor punto del partido, con un bonito globo, Reilly disfrutó de dos puntos de quiebre, que no aprovechó, y no tuvo que afrontar ninguno en contra hasta que Charly, cercano al aburrimiento, apretó, se colocó con un goloso 0-40, hizo la rotura y la consolidó para poner ya mucha distancia en el marcador.

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El encuentro languideció en el tercer parcial, mientras el público abandonaba paulatinamente las gradas, al filo de la medianoche. A Feliciano López, comentarista de la ESPN, no le quedaba más remedio que seguirlo, micrófono en mano, a pie de pista. Igual que al citado McEnroe, desde su atalaya televisiva de la Arthur Ashe. Hasta el murmullo constante, habitual en la cancha neoyorquina, disminuyó. A todo esto, los jugadores seguían compitiendo, en intercambios cortos, hasta que un revés ajustado de Alcaraz despertó al respetable antes de que Opelka le pusiera el triunfo en bandeja al número dos del mundo con una doble falta. Lo celebró el ganador haciendo un swing en homenaje al golfista Rory McIlroy, que se encontraba entre los espectadores. Era lo mejor que podía pasar, que el partido se acabara lo antes posible.

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