La desgracia de Dimitrov salva a Sinner: “No es una victoria”
El búlgaro ganaba por dos sets al italiano cuando sufrió un percance en el pectoral derecho. A Jannik, que se hizo daño en el codo, le espera en cuartos Shelton.
La desgracia, en forma de lesiones, se ha cebado desde hace tiempo con . El búlgaro ganaba por dos sets a Jannik Sinner y amenazaba con cerrar el partido en tres (2-2 en el parcial), cuando sufrió un percance muscular en el pectoral derecho mientras ejecutaba un saque. En la otra cara de la moneda, el italiano, que estaba contra las cuerdas ante un rival que tenía una marca de 77-1 en partidos de cinco mangas tras ganar las dos primeras, salvó un día que pintaba mal para él, entre otras cosas, por otro problema físico derivado de una caída en el primer juego del encuentro, en la que se dañó el codo derecho.
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Una de las imágenes del torneo.
De milagro, aunque nunca se sabrá si habría sido capaz de remontar como ha hecho, por ejemplo, en la final del Open de Australia 2024, contra Daniil Medvedev, el número uno del mundo se enfrentará el miércoles en los cuartos de final de Wimbledon al estadounidense Ben Shelton, que pudo con otro italiano Lorenzo Sonego (3-6, 6-1, 7-6 (1) y 7-5 en 3h05).
Elegancia y aprecio
“No sé qué decir, es un jugador increíble, todos lo hemos visto. Ha tenido mala suerte en estos años, es un buen amigo mío, nos entendemos bien fuera de pista, y verle en esta situación… Espero que tenga una rápida recuperación. Muy mala suerte la suya. No tomo esto como una victoria mía en absoluto, es un momento muy desafortunado el que presenciamos. En los últimos grandes ha sufrido con las lesiones. En su reacción se ve lo que le importa este deporte, trabaja muy duro y es una desgracia. Se merece un aplauso”, dijo Sinner, haciendo referencia al hecho de que Dimitrov se ha tenido que retirar en los cinco últimos Grand Slams que ha disputado: en 2024, en Wimbledon y el US Open, y este año, en el Open de Australia, Roland Garros y, ahora, de nuevo en el major británico.
''NO ME TOMO ESTO COMO UNA VICTORIA''.
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Por delante del tenis están las personas.
Las bonitas palabras de Sinner hacia Dimitrov.
Grigor no podía dar crédito a lo que le ocurrió. Estaba haciendo un partidazo, con muchas opciones de sorprender a un Jannik, que remaba a contracorriente, entre masajes y analgésicos, tratando de recuperarse a tiempo para evitar lo que, para él, hubiera sido un desastre. Entre lágrimas y consolado por el transalpino, el búlgaro, de 34 años, se marchó al vestuario, acompañado por las asistencias médicas del torneo, que no pudieron recuperarle. A la vuelta de los vestuarios, Dimitrov, sin parar de llorar, le dio la mano a Sinner, que le abrazó, y comunicó que no podía continuar, roto más moral que físicamente, mientras recibía la ovación del público. Escaso o nulo con suelo para él. Un nuevo palo para un tipo muy querido en el circuito.
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