Cayetana Guillén-Cuervo, tras revelar la violación que sufrió con seis años: “No quiero darle más bola”

Desde que Cayetana Guillén-Cuervo confesase la trágica agresión sexual que vivió siendo una niña de apenas seis años no ha sido capaz de sacudirse los focos que sobre ella se han posado por la evidente gravedad de los hechos. La actriz confesó en su pódcast ‘No te lo cayes’, y en plena conversación con la divulgadora científica Alba Moreno, la dureza de aquel episodio.

Su reaparición en la gala solidaria Starlite, que este año ha presentado junto a la argentina Valeria Mazza, venía también marcada por la actualidad más inmediata y sus sonadas declaraciones. La intérprete, que siempre ha mantenido su vida privada al margen de lo público y que en los últimos años parece abrir más el cauce de su intimidad, fue preguntada por Beatriz Cortázar —quien ha publicado en dicha conversación— acerca de la agresión sexual que sufrió. Y ella, tajante y de forma cercana, se desmarcó por completo para evitar malinterpretaciones en un tema que, de por sí, ya es suficientemente traumático y complejo. “Te agradezco y respeto lo que me dices, pero no quiero hablar de ese asunto fuera del contexto donde lo hice. No quiero darle más bola”, contestó.

El suceso en cuestión

Lo cierto es que la confesión removió cielo y tierra. “No lo había hablado nunca en la vida, ni siquiera a mi pareja se lo había contado claramente. Nunca en la vida y, de repente, después de todo este tiempo, conté que a los seis años había sufrido una violación”, dijo en el pódcast. Al doloroso testimonio añadió una nota de dureza que, reconoció, no era ni un ápice de lo que había sido un suceso que, en su día, trató de suavizar: “Lo conté más suave de lo que era, pero fue como La Manada. Ocho tíos. Y no lo he especificado, pero quiero decir, se quitaron un cinturón que tenían. Me hostiaron”.

Tras aquello necesitó ayuda psicológica para poder seguir con su vida. “La psicóloga me dijo que yo lo había disociado y apartado para poder vivir. Las cosas que son muy dolorosas, tu mente las aparta para poder vivir”, añadió entonces, visiblemente afectada, reiterando que ella siempre ha tenido “un carácter muy alegre, una actitud y una energía muy llena de todo” y que no ha sido hasta que ha atado cabos con el paso de los años cuando ha observado que, en realidad, toda su vida estuvo marcada por aquel episodio.

Su presente vital

“Tenía tal inseguridad con mi físico, tal bloqueo... Odiaba mi cuerpo, sentía que no le podía gustar a nadie”, agregó. Con el paso de los años, y con trabajo mental de por medio, ha logrado superar barreras mentales hasta el punto de poner cara y voz a un formato que, reveló a Cortázar, es una ventana a todas estas inseguridades para tratar de sanar la herida con la realidad: “Poner las cosas en su sitio y darles su nombre”.

“Estoy en un momento de mi vida en que necesito llamar a las cosas por su nombre y que mis amigos referentes cuenten al mundo cómo construyeron su identidad para que la gente entienda que, aunque sean un personaje público, tienen también sus desesperaciones y heridas y eso hace que todos estemos más cerca y se hable de la realidad“, explicó a la periodista, poniendo en valor la manera didáctica en que se trata la sexualidad en dicho formato.

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