Continúa la maldición de Drake: apostó 300.000 dólares por Sinner
El rapero canadiense ha extendido su mala suerte en otros deportes al tenis, encadenando dos finales de US Open erradas.


Carlos Alcaraz tiene mil virtudes como tenista y una propia de emperador: obliga a la suerte a claudicar. Como Julio César o Napoleón. De testigo, la ciudad de las ciudades. Nueva York. El español se alzó con su sexto título de Grand Slam, arrebató el número uno del mundo a Jannik Sinner y culminó de manera holística la final perfecta haciendo del Estadio Arthur Ashe un auténtico talismán que, a golpe de raqueta, giró para negar la fortuna a uno de los raperos más consolidados del panorama. Así nació la maldición de Drake.
Ocurre que el canadiense acostumbra a cambiar la nieve de Toronto por el calor que produce el riesgo de las apuestas deportivas. No importa si es fútbol, boxeo o la final del US Open. Tampoco parece importar la cuantía. Tras imponerse Sinner a Bublik en los octavos de la competición, el cantante se lanzó un órgado: envidó, puso 300.000 dólares sobre la mesa y aseguró que el italiano sería el ganador del último Grand Slam del año. Erró.
No perdió solamente el dinero. Drake, que esperaba embolsar una cifra ligeramente superior al medio millón de dólares, puesto que la cuota de su apuesta era de 1′69, se ha encontrado al término de la final con un espejo que refleja una realidad frustrante: es gafe.
La historia de su hechizo: un balance en rojo
Para rastrear el motivo de su indignación hay que viajar en el tiempo un calendario completo. El pasado estío, Drake puso en juego una importante cantidad de dinero para apostar que Taylor Fritz sería el campeón del US Open. Pero el americano se topó, precisamente, con Sinner, quien desbarató sus planes de coronarse en su propia tierra. Apuntó a la lata y dio al árbol de al lado.

Como todo conjuro, la maldición de Drake se extiende de forma nebulosa por otros terrenos. Su volumen de negocio en apuestas, que asciende, según Forbes, a dos millones y medio de dólares, brilla en color rojo por lo negativo de sus vaticinios. No da una. Palmó al deducir que Canadá ganaría a Argentina en la Copa América del pasado año, de la misma forma que vio descender sus ingresos al predecir que el FC Barcelona ganaría al Real Madrid en el clásico de octubre de 2022 por el mero hecho de llevar una camiseta con su patrocinio (en colaboración con Spotify). Embrujo, hechizo o, simplemente, mala suerte.
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También ha acertado en alguna ocasión, como la vez que apostó por los Kansas City Chiefs en la Super Bowl de la NFL en 2024. Ahí ganó más de dos millones de dólares. En lo que al tenis respecta, la maldición continúa. Y la culpa es de Alcaraz y su virtud de emperador.
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