El espectacular cambio físico de Lark Voorhies, la protagonista de ‘Salvados por la campana’ interpretando a Lisa Turtle

Aquellos jóvenes que a finales de los ochenta y principios de los noventa ocuparon las televisiones protagonizando series de risas enlatadas y dilemas vitales insertados en la cotidianidad de familias americanas —también españolas, claro está— son hoy en día adultos que, en su gran mayoría, superan los cincuenta años. Sin embargo, sus sonrisas siguen teletransportando a un tiempo pretérito a todos aquellos que reconocen en sus rostros al personaje que hace décadas interpretaron.

Todavía hay quien recuerda la pedantería de la joven Lisa Turtle, de Salvados por la campana. Su entrañable prepotencia, capaz de sacar lo mejor y lo peor de los seguidores de la serie, tardó poco en convertirla en una de las más queridas del elenco. Y fue así como la joven Lark Voorhies vio catapultada su trayectoria. Sin embargo, y más allá de sus apariciones en algunos reencuentros y secuelas de la serie, así como su cameo en un episodio de El príncipe de Bel-Air y sus papeles en algunos culebrones americanos, su carrera entró en una penumbra con el inicio del siglo XXI de la que todavía no ha salido.

De su cirugía plástica a su trastorno mental

Sus pocas apariciones redujeron en un alto grado sus apariciones públicas hasta el punto de que comenzó a hacerse popular en Estados Unidos preguntarse qué había ocurrido con Lark Voorhies. No asistía a demasiados eventos y su fotografía quedó en el imaginario popular anclada a la de Lisa Turtle; y por ello fue de tal magnitud el escándalo mediático que se originó cuando reapareció ante los medios en 2014, luciendo una evidente cirugía plástica en su cara.

En realidad fue el culmen de una preocupación anunciada. Dos años antes había salido a la luz un vídeo en el que se veía a Voorhies hablando sola por la calle con evidentes síntomas de inestabilidad mental; su madre, Tricia Voorhies, se vio obligada a revelar a People que su hija sufría un serio desorden bipolar —algo que la intérprete negaría después—. Cuando posó ante las cámaras en la premiere de la película Where We Started, de Christopher J. Hansen, en el mentado y lejano 2014, habían pasado dos calendarios desde el extraño episodio. Y su apariencia no hizo sino despertar la confusión en aquellos que ya empezaban a cuestionarse cuánto de Turtle quedaba en aquella mujer.

Allá por 2015 comenzaron a ser más frecuentes sus publicaciones en Instagram, cargadas muchas de polémicas: desde la pregunta a sus seguidores de si era “normal que un pene oliera a chips de maíz” hasta su defensa de “no ser negra, sino americana”, pidiendo que no se le llamada “afroamericana” porque no había nacido en África. El giro inesperado llegó cuando, tiempo después, un comunicado en su perfil aseguraba que la cuenta en cuestión no pertenecía a Voorhies, sino que era fake.

Exceptuando alguna entrevista y apariciones contadas en regresos de Salvados por la campana, Voorhies ha dimitido de su faceta mediática. En el programa del ‘Dr. Oz’, hace un lustro, confesó, junto a su madre y su psiquiatra, que padece un trastorno del pensamiento esquizoafectivo.

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