Salud mental

Mara Sánchez, psicóloga, analiza el daño de las críticas a Lola Índigo: “Una diana de proyecciones y expectativas ajenas”

“Puedo rayarme y hacer alguna cosa fea o comer una hamburguesa”, respondió la cantante a los comentarios sobre su cuerpo tras lucir un top que dejaba el abdomen a la vista.

La cantante Lola Indigo durante su concierto, en el Estadio Riyadh Air Metropolitano, a 14 de junio de 2025, en Madrid (España). Este espectáculo forma parte de su gira de estadios ‘La bruja, la niña y el dragón’, en la que la artista repasa todos los éxitos de su carrera con una puesta en escena espectacular. El concierto en Madrid, inicialmente previsto para el Santiago Bernabéu, fue trasladado al Metropolitano por cuestiones logísticas y de autorizaciones, manteniendo la misma fecha.
14 JUNIO 2025;CANTANTE;LOLA ÍNDIGO;CONCIERTO;MÚSICA;METROPOLITANO;
Ricardo Rubio / Europa Press
14/06/2025
Ricardo Rubio | Europa Press
Marta Rodríguez Peleteiro
Su trayectoria en Prisa comenzó en AS, en 2006, en la sección de Cierre. Posteriormente asumió la coordinación de la revista AS Color y la redacción de los blogs Match Point y Erratas de Campo. En 2017 pasó a formar parte de PrisaNoticias, en el control de producción de El País y AS, y volvió a AS a finales de 2022, como redactora de Tikitakas.
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“El otro día hubo un vídeo de TikTok en el que me sacaron la barriguita y yo dije: ‘Dios mío’. Hay gente descubriendo que hay carne pegada al hueso. O a lo mejor es un hombre que nunca ha visto a una mujer de cerca”, comentó hace unos días la cantante Lola Índigo durante un concierto en referencia a las críticas recibidas después de que algún espectador se fijase más en su cuerpo que en su música (por cierto, la extriunfita está de gira).

La joven decidió tomárselo con humor: “Yo pensé: ‘Puedo rayarme y coger estos comentarios y hacer alguna cosa fea, como la gente que se afecta y se pone a hacer dietas imposibles o a matarse en el gimnasio. O me puedo comer una puta hamburguesa y venir aquí Sevilla con mi cuerpo, que lo quiero y lo amo’”. Una reacción muy aplaudida, pero, sin embargo, lo sucedido esconde una preocupante realidad en nuestra sociedad: el excesivo peso de la imagen y la exigencia desmedida a la que se ven sometidas las personas.

Para la , este hecho destaca más si cabe por en el momento en el que nos encontramos, la era de las redes sociales. “Este incidente no es un caso aislado, sino un reflejo del perfeccionismo tóxico que se ha instalado, donde el cuerpo se convierte en una diana de proyecciones y expectativas ajenas”, explica a AS.

“Nos enfrentamos a un escenario donde cualquiera puede erigirse en juez y crítico, amparado en el anonimato o la distancia de una pantalla, sin ser ellos mismos (probablemente) la encarnación de la perfección que exigen. Este peligro de las críticas superficiales y dañinas radica en su capacidad de minar la autoestima y la salud mental de quienes las reciben. Es fácil olvidar que detrás de cada imagen hay una persona real, con emociones y vulnerabilidades”, agrega.

Los TCA

Además, Sánchez pone el foco de las consecuencias de estas críticas devastadoras en la posibilidad de desarrollar un trastorno de la conducta alimentaria (TCA). “La presión constante por un ideal inalcanzable puede desencadenar o agravar patologías graves como la anorexia, la bulimia o el trastorno por atracón. Los TCA son enfermedades mentales serias con un impacto profundo en la salud física y psicológica. En España, las estadísticas son alarmantes: se estima que afectan a un porcentaje significativo de la población, siendo los jóvenes y las mujeres los grupos más vulnerables. La prevalencia de TCA en nuestro país se sitúa entre el 4,1 y el 4,5% en adolescentes y jóvenes, y se calcula que alrededor de 400.000 personas padecen algún tipo de TCA. Lamentablemente, el tratamiento de estos trastornos es complejo, requiere un abordaje multidisciplinar (médico, psicológico, nutricional) y puede ser prolongado”.

“En este contexto, la buena respuesta de Lola Índigo es no solo admirable, sino necesaria. Su mensaje de aceptación y amor propio, al expresar que prefiere disfrutar de la vida y de su cuerpo tal como es, sin someterse a estándares irracionales, es un bálsamo y un poderoso acto de resistencia. Ha demostrado una fortaleza mental encomiable, convirtiéndose en un ejemplo inspirador para muchas personas, especialmente para los jóvenes que crecen inmersos en la tiranía de la imagen”, explica.

Para Sánchez, el peligro de no tomárselo así de bien es inmenso. No todo el mundo cuenta con las herramientas emocionales o el apoyo necesario para afrontar estas embestidas. Para personas con una baja autoestima o una predisposición a la inseguridad, este tipo de comentarios pueden ser el detonante de una espiral de autocrítica, dietas restrictivas y, en última instancia, el desarrollo de un TCA.

“Con esta noticia, no puedo evitar recordar el posicionamiento de otras figuras públicas que han contribuido a este discurso, como el de la cantante Adele, quien ha defendido: ‘Mi música es para los oídos, no para los ojos’. Este tipo de declaraciones subrayan la importancia de redefinir el valor de un artista y de una persona, centrándose en el talento, la autenticidad y la valía intrínseca, más allá de la apariencia física. Como sociedad, tenemos la responsabilidad de cuestionar los ideales de belleza impuestos y de fomentar un entorno donde la diversidad corporal sea celebrada, o por lo menos, aceptada, no juzgada. Es crucial educar en la aceptación, el respeto y la empatía, promoviendo una visión saludable del cuerpo y desmantelando la obsesión por la perfección estética”, manifiesta Sánchez.

La gordofobia

Y es que, en el fondo, lo que le ha pasado a Lola Índigo no es un caso aislado. “Conecta directamente con un problema mucho más grande que tenemos como sociedad: la gordofobia. No hablamos de una simple manía personal, sino de prejuicios que hemos interiorizado y que nos llevan a rechazar cualquier cuerpo que no encaje en el ideal de delgadez. El ataque que ella ha recibido es un ejemplo perfecto, y su impacto es cada vez más visible. De hecho, en consulta atiendo cada vez a más pacientes que se quejan de sus cuerpos, siendo cuerpos totalmente normales, e incluso tratándose de personas objetivamente muy atractivas. Esto nos demuestra la magnitud del problema: la gordofobia y la presión estética están causando un sufrimiento real. Por eso es tan importante y valiente lo que ha hecho Lola Índigo. Su gesto ayuda a normalizar los cuerpos de verdad, los que tenemos la mayoría, y a dejar de idealizar esos cánones de belleza con medidas imposibles que solo vemos en anuncios, pasarelas o en perfiles de influencers que pueden dedicar todo su tiempo y dinero a su cuerpo, algo que no es realista para el resto”.

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“Como psicóloga, considero que la solución pasa por varios frentes. Es vital que aprendamos a ser más críticos con lo que vemos en redes sociales. Y, sobre todo, es fundamental educar en casa y en los colegios sobre la diversidad de cuerpos y la importancia de la salud mental. El objetivo es construir una sociedad más amable, donde el respeto y el bienestar estén por encima de la obsesión por una perfección que, en realidad, no existe”, concluye.

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