El chef Pepe Rodríguez se sincera sobre su primera estrella Michelin con El Bohío: “No sabíamos qué nos habían dado”
El famoso cocinero habló en ‘El Faro’ de la Cadena SER sobre cómo fue para él recibir una estrella en el año 1999.
Pepe Rodríguez saltó a la fama de la mano de ‘MasterChef’, sirviéndole como catapulta para colarse en los hogares de toda España, aunque ya se había metido en el corazón de todo aquel que algún día acudió a El Bohío, su restaurante en Illescas.
Un enclave ideal que se ha convertido en referencia en la gastronomía española, y que ha pasado de generación en generación hasta recalar en un chef que se ha ganado el cariño de millones de personas por su personalidad, y no ya solo por sus platos en su restaurante, del que también habló en una reciente entrevista concedida al programa de.
Y es que el propio Pepe se puso a trabajar en las cocinas del restaurante desde muy pequeño, cuando él solo quería ver los dibujos de la televisión y su madre le obligaba a echar una mano: “Entiendo que me bajara, y se lo perdono, a trabajar y no ver Mazinger Z”.
La cocina le llamó rápidamente la atención, y eso le llevó a convertirse en el chef que es hoy en día, pasando por un largo aprendizaje y mucho esfuerzo, que se tradujo en su estrella Michelin en 1999.
Un reconocimiento que no disfrutaron demasiado en aquel momento: “Fíjate qué cosa la vida. Nos dan la estrella Michelin en 1999 y mi padre muere en el 2000, en marzo. O sea que vivió los éxitos...”.
Además, en aquel momento la gastronomía no vivía el auge que vive hoy en día, y no se entendía demasiado bien el concepto de recibir una estrella: “Cuando nos dieron la estrella, tampoco sabíamos qué nos habían dado. Porque hoy se arma un ‘guirigai’, sale en todos los medios, hay una gala... Pero entonces, te la daban y no se enteraba nadie”.
“No teníamos los medios ni la infraestructura”
“Era algo que te ponía en un mapa. Empezaba a venir más gente y te juzgaban más. Tiene la gracia justa, porque tú estabas haciendo aquello que podías, que más o menos te gustaba, pero también sabíamos que no teníamos los medios ni la infraestructura. Nos premiaron en exceso en un mesón”.
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Además, en su entrevista recuerda que hubo chefs que le llamaron para felicitarle: “Me llamó Martín Berasategui, me llamó Carme Ruscalleda... Al restaurante. Imagínate qué cosa más precaria”.
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