Ni la col ni el brócoli: sentencian que esta es la única verdura que debes comer para alargar tu vida
Se trata de un vegetal relativamente frecuente en los arroyos del Viejo Continente y que, además, forma parte de la dieta humana desde hace milenios.
Cuentas las viejas crónicas que Juan Ponce de León dedicó gran parte de las exploraciones que encabezaba para la corona española en el siglo XVI a encontrar la fuente de la eterna juventud, un lugar cuyas aguas otorgaban dicho efecto a cualquiera que en ellas se bañaba. La leyenda de su búsqueda, a su vez sustentada en el relato mitológico que a él le trasladaron los nativos americanos, se diluyó con el paso de los años. Sin embargo, no debe perder el lector la esperanza de alargar su vida; quizá no de manera eterna, pero sí de forma sustancial —dentro de los parámetros que la ciencia permite—.
Lo cierto es que no hace falta cruzar el charco, atravesar marismas y pantanos e internarse en cueva ocultas detrás de cascadas para dar con la solución. Basta con estar pendiente en los arroyos de Europa y Asia Central para dar con una planta relativamente común que es, por otro lado, uno de los vegetales más antiguos consumidos por el ser humano y que encierra unas propiedades que podrían tildarse de milagrosas: el berro.
Un sinfín de beneficios
Se trata de una planta perenne común en torrentes de aguas claras que puede ser empleada para elaborar ensaladas, batidos o sándwiches. Más allá de sus beneficios antiinflamatorios, que combaten el estrés oxidativo con eficacia, el berro, según apunta , es una fuente natural y en abundancia de isotiocianato de fenetilo (PEITC), un compuesto relacionado con la reducción del crecimiento de ciertas células cancerosas.
Más allá de estas ventajas, el berro posee altas dosis de vitamina K, nutriente que ayuda a coagular la sangre y que favorece ampliamente la salud de los huesos y del corazón. Además, termina de convertirse en un gran aliado de la salud cardiovascular si se tiene en cuenta que carece de grasas saturadas y que apenas presenta cantidad de sal. Contiene también calcio, magnesio y potasio, que reducen la presión arterial y el colesterol.
Este curioso abanico de beneficios se completa con sus documentados beneficios para la salud ocular debido a sus altos componentes de luteína y zeaxantina, tal y como recoge un estudio publicado en la revista científica . Ponce de León atravesó el océano, pero, en realidad, no hacía falta irse tan lejos.
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