Un exempleado de Dabiz Muñoz revela lo que desquicia al chef de muchos de sus clientes: “No le entra en la cabeza”
Según el trabajador, la exigencia del chef es tan alta que se frustra si las cosas no salen a la perfección.

Ser nombrado tres veces ‘Mejor Chef del Mundo’ no te exenta de nada, y menos aún de estrés y exigencia. En el documental de Netflix ‘UniverXO Dabiz’ se vio al Dabiz Muñoz más vulnerable. Tanto que su mujer, Cristina Pedroche, confesaba que el cocinero vivía “enfadado con la vida” y con ansiedad continua. La presentadora reconocía que “Dabiz es una persona obsesiva con la perfección y siempre piensa que lo puede hacer mejor y nunca para. Le pasa con todo”.
Quizá tiene algo que ver con eso de tener 4 estrellas Michelin, tres del restaurante ‘DiverXO’ y una destinada a ‘StreetXO’. Además, el madrileño ha levantado todo un imperio desde cero, con 5 restaurantes: los dos mencionados anteriormente, ‘RavioXO’, ‘GoXO’ y ‘StreetXO Dubái’.
Pablo Colmenares, extrabajador de ‘DiverXO’ y dueño de la cadena de hamburgueserías ‘New York Burger’, revela en el podcast ‘Con los pies en el suelo’ lo que se vivía dentro de las cocinas con Muñoz al mando. ‘DiverXO’, como bien es sabido, es un lugar donde “todo es posible” desde el punto de vista de la cocina y Muñoz exige que todo salga a la perfección.
Colmenares cuenta que su jefe no comprendía muchas de las situaciones que sucedían en el restaurante. Por ejemplo, un día acudió una señora mayor que pidió que le trajesen limón y tabasco porque decía que ella comía todos los platos con esos dos ingredientes. El cocinero comenta que a Dabiz Muñoz “todas estas cosas no le entran en la cabeza”, porque “es como si tú eres un artista, pintas un cuadro y alguien llega y dice “es que a mí me gusta más cuando lleva amarillo porque me encanta el amarillo” y se pone a pintar amarillo encima de él”.
El problema radica en que muchas personas llegan a ciegas, sin leer la carta ni saber qué tipo de comida se van a encontrar. Como es normal, en un restaurante de alta cocina cuyo menú cuesta 450 euros como mínimo, no van a servir unos básicos nuggets de pollo con patatas fritas. La gente piensa que es cocina tradicional a precio de rico por el simple hecho de ser un chef español, tener 4 estrellas Michelin y haber conseguido, ni más ni menos que tres veces, el primer puesto a ‘Mejor Chef del Mundo. “Mucha gente va porque es difícil ir, por la sensación de lo poco accesible, de exclusividad, porque es caro”.
Es muy difícil lograr que todos los comensales se vayan a sus casas satisfechos, sobre todo cuando llevan unas expectativas irreales del lugar: “De repente había un plato como una lengua de pato confitada y frita con salsa de tomatillo rojo y la gente decía como ‘Pero ¿qué es esto?’”, menciona. Por ello, es que cientos de clientes admitían que no iban a volver una vez vivida la experiencia.
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