Los terribles últimos días de Robbie Coltrane: su certificado de defunción cita seis causas de muerte
Según ‘The Mirror’, el actor que dio vida a Hagrid en la saga de Harry Potter murió por causas que incluíane un fallo multiorgánico y sepsis.
El pasado 14 de octubre fallecía Robbie Coltrane, el legendario actor que dio vida durante años a Rubeus Hagrid en la saga de Harry Potter. Tenía tan solo 72 años, pero sus últimos días estuvieron cargados de dolor y de sufrimiento. Así lo ha confirmado este fin de semana el tabloide británico , que asegura que el certificado de defunción del actor británico enumera hasta seis causas para su muerte, incluyendo el síndrome de disfunción multiorgánica (SDMO), también conocido como fallo multiorgánico o fallo orgánico múltiple.
Nacido como Anthony Robert McMillan (no se cambió su nombre hasta la década de 1970 en honor del saxofonista John Coltrane), padecía osteoartritis, diabetes y obesidad. Pero lo que terminó por condenar a Robbie fue una sepsis, una infección del tracto respiratorio inferior y un bloqueo cardíaco. En el caso de la sepsis, se produce cuando una infección provoca daños en los propios tejidos desencadenando que los órganos no funcionen correctamente.
La muerte del actor fue registrada por su exmujer, Rhona Gemmell, que había estado muy cerca de él también después de separarse. Además, tenía dos hijos, Spencer y Alice. Y es que las cosas no siempre fueron sencillas para Coltrane. Él mismo afirmó años atrás que se podía beber una botella de güisqui al día, que el alcohol era “su perdición”, también se sumergió en el mundo de las drogas y, según un buen amigo, entró en una “fuerte racha autodestructiva” y una “melancolía profunda y apasionante”.
La osteoartritis y el “dolor constante”
Los últimos años de su vida, Robbie Coltrane los pasó sentado en una silla de ruedas por culpa de su osteoartritis. El actor confesó en 2020 que padecía “dolor constante” y que “luchaba contra él las 24 horas del día”. “No tenía cartílago en la rodilla, era hueso contra hueso”, añadió. Su estado era tan delicado que no podía caminar sin ayuda e insistió en que no le desearía semejante dolor ni siquiera a su peor enemigo.