Se gasta 160 euros en el restaurante de Ángel León y acaba indignado con un plato: “Esto no me lo tomo”
El reconocido influencer gastronómico ‘Cenando con Pablo’ alabó la propuesta del laureado chef, pero no le terminaron de convencer algunas elaboraciones.


El interminable recorrido que ‘Cenando con Pablo’ realiza por la geografía española no puede explicarse siempre con platos que satisfagan plenamente sus exigentes papilas gustativas. Ni siquiera los mejores sitios del país. Vivió un ejemplo de ello en su visita a La Taberna del Chef del Mar, en el corazón de Cádiz; el restaurante, que es la propuesta más económica del prestigioso Ángel León, terminó gustando al popular creador de contenido, a pesar de que algunos de sus platos no consiguieran enamorarle.
En su visita, primero pidió un “tartar de lubina de estero”, donde se emplea “remolacha para darle ese tono más rosáceo, marroncino”. “Me sabe a remolacha, no sé yo si es buena idea sacrificar el sabor. El pepino me encanta, está súper bien hecho. De hecho, en el momento que combinas tartar y pepino gana notablemente el plato”, dijo el influencer gastronómico acerca del primer plato.
Tras ello, llegó el turno de uno de los platos más populares del local. “Estas son las láminas de dorada con plancton, sobre las que echan esta yema de huevo que curan a la sal; tiene aparte una emulsión de ajo que simula la clara del propio huevo”, describe, a simple vista. Al probarlo se deshace en halagos. “Qué bueno, qué sorpresa. No me lo esperaba así. Muy blandito, muy tierno”, comentó, advirtiendo de que, igualmente, “no es para todos los públicos porque el plancton sabe mucho a alga”. La siguiente propuesta, el cruasán de morcilla y choco bañado en una salsa holandesa elaborada con tinta de calamar y con shichimi togarashi y cebollino también le gustó.
“Quien ha hecho esto no ha probado el plato”
Sin embargo, su visita amagó con torcerse cuando apareció el plato principal. “Pillamos cuchara para probar este arroz de tonos verdosos. Es concretamente arroz de plancton y aquí hay un alioli por si quieres combinarlo”, presenta. Cuando se lo lleva a la boca, frunce el ceño. “Lo primero, sorprende su intensidad, no es un arroz para nada light. O sea, nada más entra en tu paladar está ese sabor marino; para mi gusto se ha pasado un pelín de sal...”, trata de exponer su reseña oral, completándose a sí mismo la frase y viéndose después incapaz, incluso, de terminar el plato: “Sí que se ha pasado. Está demasiado salado, muy salado. No lo estoy disfrutando. Lo siento, pero esto no me lo como. No está bien. Quien ha hecho esto no ha probado el plato”.
En cuanto a los postres, primero llegó la leche con galletas, que en realidad era una crema inglesa con espuma de leche y que tampoco encantó al influencer; y después, un flan denominado ‘el mejor flan’ que, aunque le gustó, no le pareció que hiciera honor a su nombre.
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La fiesta le salió por 161′20 euros. Aunque no terminara de congeniar con todos los platos, ‘Cenando con Pablo’ supo apreciar la calidad del sitio: “La propuesta me parece muy original. Me ha gustado, pero no todo perfecto (...) Creo que es para venir una vez y ya está”.
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