Comunicado de urgencia de Montoya: “La ilusión se transformó en pesadilla”
El sevillano ha emitido un texto a partir de redes sociales en el que ha ahondado en su situación mental y ha cargado contra el entorno televisivo.
Los instantes finales de la última edición de Supervivientes sembraron la incertidumbre en todos los espectadores: Montoya cayó cuando prácticamente rozaba el premio con los dedos y, tras esto, desapareció. No asistió al debate final. No asistió a ningún sitio. Su repentino desvanecimiento, cargado de preguntas sin respuesta, levantó una ola de preocupación por su persona que, ahora, adquiere todavía mayor gravedad al emitir el de Utrera un comunicado actualizando su estado mental. Y ha reventado.
Primero agradece el cariño que le ha llegado. Y luego entra en materia. “He tenido que decir ‘basta’. ‘Basta’ a una situación en la que me he ido sumergiendo sin darme cuenta, movido siempre por el amor y los sentimientos. Pero todo no vale en esta vida. Pensaba que podía, pero las situaciones vividas en los últimos tiempos me han colapsado“, se sincera.
“Somos personas y hay unos límites”
Una idea se repite varias veces. “No soy un robot, soy una persona”, dice, definiéndose como “una persona que se enamoró, una persona que sufrió y cayó dentro de una maquinaria forzada en la que llegué a perder mi voluntad, mi fuerza y mi alegría”. Ante los rumores que se han cernido sobre él, despeja: “No pretendo gustar a todo el mundo ni ser el centro de un circo, ni mucho menos ganar un premio”.
Luego el mensaje adquiere un tono todavía más oscuro. “La ilusión se transformó en pesadilla, de esas que te atrapan y aún despierto sabes que el monstruo te sigue persiguiendo”, escribe, haciendo un retrato de ese ente negativo que le acompaña: “El monstruo de la mentira, de no dar crédito a lo que está pasando a tu alrededor y de que aquellos en quien creías confiar están utilizando el momento de tu más profunda vulnerabilidad esperando a darte la estocada final como para rematar la faena. Sin escrúpulos”.
Asegura que nunca se alegró “del mal ajeno” y que siempre ha intentado “proteger a quienes quiero”, pero, relata, “es imposible curar abriéndote en canal en un contexto en el que todo vale y tu exposición da lugar a que sigan hiriéndote cada vez más profundo con argumentos inventados y manipulados con el fin de que el show continúe”.
“Somos personas y hay unos límites”, resume, compartiendo una de las enseñanzas que ha aprendido en estos meses: “Si algo me llevo de este tiempo ha sido el saber que no siempre se puede ganar a costa de complacer...”. Y por ello, “consciente de todo, a día de hoy he dicho: ‘¡Basta!’”: “La salud mental no es un juego, y gracias a tener un entorno sano que me ha puesto en manos de grandes profesionales estamos en ese camino para volver a seguir siendo feliz porque es lo que llevo buscando desde hace mucho”.
Vuelve a agradecer a sus seguidores y, tras sentenciar con su clásico “Montoya va donde brilla”, aclara que, además, ha contratado “los servicios de un despacho de abogados para defender mis intereses ante los tribunales, especialmente ante cualquier ataque a mi honor, intimidad y mi propia imagen”.
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