Sandra Golpe se sincera sobre la agresión sexual que sufrió hace dos décadas: “Me salvó un ruido en el peor momento posible”
La presentadora ha vuelto a verbalizar aquella desagradable experiencia y cómo fue la reacción de sus compañeros en el trabajo, que ni se inmutaron.
Sandra Golpe puede presumir de ser uno de los grandes rostros de Antena 3 desde hace años, sobre todo por su papel como presentadora en Antena 3 Noticias, sumándose ahora el de conductora del pódcast de ‘Ponle freno’, que es la campaña de Atresmedia por la seguridad vial.
Ante ello, la presentadora ha acudido como invitada al programa de ‘Y ahora Sonsoles’ este lunes, donde habló de su trayectoria en la cadena, y también rememoró la agresión sexual que sufrió hace dos décadas.
Una desagradable experiencia de la que ya había hablado antes, siendo su primera vez en el foro de mujeres en Palma de Mallorca y “sin pensar que podía tener algún tipo de eco”.
En ese momento, la periodista “tenía turno de noche en la redacción” y llegaba su casa entrada la madrugada, “a la una y pico de la madrugada cogiendo el último metro”. Y uno de esos días, entró en su portal “pensando que se había cerrado la puerta”, pero entró “un señor mayor”.
“Tenía un cuchillo, me tiró... Me salvó, creo, un ruido en el peor momento posible. Él me había atado y con el cuchillo me quitó la cuerda y salió pitando. Ahí ya pude subir a mi piso y me llevaron al médico”, ha añadido, refiriéndose a este instante en el que se vio realmente en peligro.
Un momento sobre el que se culpabilizó durante mucho tiempo: “Iba leyendo un artículo de prensa y a lo mejor no cerré bien el portal. Analizas incluso tu apariencia, algo que es absurdo. Me costó verbalizarlo un montón de años. Es algo que llevas a cuestas”.
Ahora bien, lo peor para ella fue la poca empatía de algunos de sus compañeros en el trabajo, pues continuó en su puesto como si no hubiera pasado nada, y no cogió “una baja por depresión”, pero sí pidió un “cambio de turno” a una persona y ésta se lo negó “porque ya tenía los horarios hechos”.
Nadie le cambió su turno en aquel momento
“Seguía saliendo a la una y media de la mañana, y aquello sí que me pareció fatal, tremendo. Eso se me quedó para siempre grabado. Me acompañaban mis amigos y mis padres en el taxi cada día a trabajar porque tenía el trauma”, ha añadido.
Por suerte, la situación en la actualidad ha cambiado y “las empresas son más conscientes”, pues no habría recibido la misma respuesta que entonces, cuando “les pareció surrealista que yo quisiera un cambio de turno”.
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