Televisión

Un experto en marca personal analiza el declive del efecto Broncano y ‘La Revuelta’: “De alto riesgo”

Francisco Torreblanca explica que el éxito de la guerra de audiencia contra ‘El Hormiguero’ de Pablo Motos estuvo marcado al inicio por la curiosidad.

Aitor Francesena "Gallo" con David Broncano en el programa La Revuelta de La 1 de Televisión Española intentando surfear con una tabla de surf.
La Revuelta
Marta Rodríguez Peleteiro
Su trayectoria en Prisa comenzó en AS, en 2006, en la sección de Cierre. Posteriormente asumió la coordinación de la revista AS Color y la redacción de los blogs Match Point y Erratas de Campo. En 2017 pasó a formar parte de PrisaNoticias, en el control de producción de El País y AS, y volvió a AS a finales de 2022, como redactora de Tikitakas.
Actualizado a

Septiembre de 2024. David Broncano se proyectaba en TVE con La Revuelta, un programa que prometía agitar el access prime-time televisivo desde lo público. Durante sus primeros días, los titulares fueron rotundos: La Revuelta superaba en audiencia a El Hormiguero, un gigante del entretenimiento consolidado durante más de una década. Sin embargo, tras el impacto inicial que generó un debate que segmentaba dualmente (o eras de uno o eras de otro), los datos de audiencia comenzaron a flaquear. Hoy, el programa ya no lidera, y su futuro pende de múltiples hilos, tanto televisivos como políticos.

¿Qué ha pasado en tan poco tiempo? ¿Era sostenible la promesa con la que nació La Revuelta? ¿Qué ocurrirá si el actual Gobierno, impulsor indirecto de este cambio, pierde el poder? Este fenómeno es superinteresante como caso de análisis desde el punto de vista del entretenimiento. Pero, paralelamente, también lo es como caso de estudio en construcción de marca personal, narrativa mediática y gestión de expectativas.

Para , especialista en transformación creativa in company, el aterrizaje de David Broncano en La 1 con el que consiguió vencer en sus inicios a Pablos Motos en la guerra por la audiencia estuvo marcado por el efecto novedad. “Sucede cuando un producto, contenido o personalidad irrumpe en un contexto saturado ofreciendo algo aparentemente distinto. En el caso de La Revuelta, este efecto se vio amplificado por varios factores: la expectación generada por la salida de Broncano de Movistar+ y su controvertido fichaje por TVE con una inusual inversión millonaria del ente público”.

“Los primeros días del programa estuvieron marcados por la curiosidad: ¿cómo sería el formato? ¿Podría Broncano mantener su estilo transgresor en una cadena pública? ¿Hasta qué punto habría libertad o censura? La audiencia respondió acudiendo en masa, pero, como ocurre con todo efecto novedad, ese pico inicial tenía fecha de caducidad. Como solemos decir, lo difícil no es subir, es mantenerse arriba”.

Un experto en marca personal analiza el declive del efecto Broncano y ‘La Revuelta’: “De alto riesgo”
David Broncano, Ricardo Castella y Jorge Ponce reciben el premio Iris a mejor dirección de programa por "La Revuelta", durante la entrega de los Premios Iris 2024, los galardones organizados por la Academia de la Televisión, a 14 de enero de 2024, en Madrid (España) PREMIOS;TELEVISIÓN José Oliva / Europa Press 15/01/2025José Oliva

La promesa de ‘La Revuelta’

Para , una de las dificultades con las que se ha encontrado el equipo de Broncano es la de cumplir con las expectativas de revolucionar el contenido televisivo con irreverencia. “Como amante del branding, hay un concepto que me obsesiona en cualquier marca. Es, precisamente, la promesa marca. La Revuelta lleva implícita en su marca una promesa. Revuelta significa, según Wikipedia, ‘un movimiento social espontáneo, de carácter agresivo y usualmente opuesto a alguna figura de poder’. Revuelta suena a agitación, a inconformismo, a novedad continuada. Creo, sinceramente, que una vez pasado el ‘efecto novedad’, esta promesa se ha deshecho y puede que la confianza desmedida haya eclipsado esa frescura que muchos esperaban”.

Mientras, curiosamente, su principal competidor en el access prime-time, El Hormiguero, manteniendo su estructura clásica, le dio la vuelta de manera clara y consistente, sin más alardes que los de siempre. “La Revuelta nació con una narrativa fuerte: la de renovar el entretenimiento nocturno desde lo público, de manera independiente, innovadora y con una mirada diferente. La propia elección del nombre, La Revuelta, evocaba una intención casi política o cultural: romper con lo establecido. Insisto, esta fue su promesa de marca, que en parte era una evolución de su anterior naming en Movistar+ (La Resistencia). En marketing y comunicación, la promesa de marca es un contrato emocional con la audiencia. El problema aparece cuando el producto no está a la altura de lo prometido. Broncano, una marca personal asociada al humor fresco y al riesgo creativo, se vio de pronto en un formato que debía conciliar entretenimiento con cuota de responsabilidad institucional. El resultado: una percepción de quedar ‘a medias’. O eso es al menos lo que se percibe desde el sofá de casa”, añade Torreblanca.

“A medida que pasaban las semanas, lo que muchos percibían como provocación o frescura empezó a parecer rutinario. La estructura del programa se estabilizó sin grandes sorpresas, y el espectador habitual de TVE —menos propenso a los códigos del humor de La Resistencia— no terminó de engancharse. Tampoco lo hizo el espectador más joven, que continúa consumiendo a Broncano por clips en redes (este sería otro debate interesante, lo digital), pero no frente al televisor”, agrega.

Un experto en marca personal analiza el declive del efecto Broncano y ‘La Revuelta’: “De alto riesgo”

Una marca condicionada por el poder

Torreblanca entiende, además, que el programa está muy condicionado por el color político. “No se puede entender el fenómeno de La Revuelta sin analizar el contexto político que lo hizo posible. El fichaje de Broncano por RTVE fue una decisión del actual equipo directivo, alineado con el Gobierno del PSOE. Fue también una maniobra que implicó una fuerte inversión económica que recibió duras críticas desde la oposición política y mediática”.

Una situación que genera también incertidumbre acerca de qué ocurrirá con el programa si hay alternancia en el poder. “En este escenario, el futuro de La Revuelta está estrechamente ligado al del Ejecutivo. Si el Partido Popular llegara a formar Gobierno, es muy probable que se revisen las apuestas estratégicas de RTVE, entre ellas este programa. No sería extraño que el programa fuera cancelado o reformulado, lo que pondría fin a este experimento televisivo de alto riesgo. Broncano, que ha sabido construir una marca personal sólida en el ámbito privado, se encuentra ahora en una posición más vulnerable, dependiente de fuerzas externas. Es evidente que esto tiene un impacto directo en su narrativa pública”.

“Desde la lógica de la marca personal profesional, La Revuelta ha sido una apuesta audaz y coherente con el Broncano que siempre ha buscado salir de la zona de confort. No todos los movimientos deben medirse en términos binarios de éxito o fracaso. Algunos sirven como laboratorios de transición, lugares donde se pone a prueba un nuevo posicionamiento, aunque los resultados sean imperfectos. El caso Broncano en TVE también revela una paradoja interesante: la dificultad de trasladar formatos que funcionan en plataformas privadas o digitales a la televisión pública tradicional. Más allá de una cuestión de lenguaje o ritmo, considero que se trata de expectativas y encaje cultural”, explica Torreblanca.

Un experto en marca personal analiza el declive del efecto Broncano y ‘La Revuelta’: “De alto riesgo”
David Broncano en 'La Resistencia'.Samuel de Roman

Frente a ‘El Hormiguero’

Para Torreblanca, La Revuelta y su declive progresivo muestran que no basta con tener una marca personal potente. Además de esto, hay que saber adaptarla a las variables del contexto, en este caso al medio, al contexto político y a las expectativas del público. Broncano sigue siendo uno de los comunicadores más influyentes de su generación, pero su paso por TVE es una lección sobre los límites de lo personal cuando entra en juego lo institucional.

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“Vivimos una era en la que las marcas —ya sean de empresas, medios o personas— compiten por atención y legitimidad, casos como este nos recuerdan que el relato, la coherencia y el entorno lo son todo. La verdadera revuelta es mantener viva la conexión con un público que cada día pide más autenticidad y menos artificio. Probablemente, esto es lo que encontramos en un formato tan sólido, aunque clásico, como El Hormiguero”, explica. “Por cierto, en el caso de El Hormiguero, la promesa de marca es mucho más suave, cercana y divertida, lo que probablemente (además de que las variables del contexto son diferentes al ser una cadena privada y no tener aparentemente asociación política directa) haga todo más llevadero”, concluye.

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