Encuentra en un cajón secreto de casa de sus padres una de las claves de su infancia
Un creador de contenido, en busca de un certificado de idiomas para la universidad, terminó encontrando el motivo por el que sus padres le llevaron al psicólogo.
La vida es aquello que se va dejando en los cajones. Si uno registra a fondo su casa podrá encontrar en el fondo de aquellas cajas que llevan años sin abrirse, entre los libros de la estantería y en las esquinas del trastero o de la terraza, retazos de un pasado no tan lejano. Cartas, pulseras, un juguete, unas zapatillas. Cosas que un día fueron identitarias y que, al ser redescubiertas, siembran la misma duda: ¿Cómo acabó esto aquí?
En el caso más enigmático, incluso, se arroja luz sobre un episodio del pasado. Esto es lo que le ha ocurrido a Jimmy Elektron, creador de contenido que comparte con sus más de 250.000 seguidores su día a día universitario. En su último vídeo cuenta una anécdota que le ocurrió, precisamente, rebuscando en los rincones de su hogar; y lo inicia con fuerza: “Acabo de descubrir por qué mis padres me metieron en terapia con 8 años”.
y no enseño más porque me encierran, pero ya estoy bien creo
Todo comenzó por una asignatura. “Resulta que ahora en la universidad me están obligando a entregarles el First. Y yo pues lo he perdido”, cuenta, relatando que estaba buscando por toda su casa “y moviendo cajas y cosas” hasta, de repente, se topa “con una estantería en el despacho de mi madre que tenía una balda secreta donde oculta una carpeta con mi nombre”. Dentro estaba el certificado de inglés. También algunas imágenes de su pasado.
Estampas de un tiempo pretérito
“¿Te piensas que iba a dejar de mirar aquí la carpeta?”, se pregunta, con el título en la mano, respondiéndose a sí mismo: “Pues ni de coña Begoña”. “Obviamente he seguido mirando entre los archivos que mis padres me habían estado ocultando todo este tiempo. Me he encontrado con algunas cosas, como por ejemplo fotos raras de cojones o dibujos muy turbios que yo hice cuando era pequeño”, cuenta, destacando también un boletín de notas donde se aprecia “que suspendía prácticamente todo”.
Todo cambió cuando encontró la carta de Reyes de unas navidades añejas. “Denota un claro desorden psicológico y muchos traumas de la infancia. Yo de pequeño tenía un hámster que se llamaba Pérez y estaba obsesionado con que copulara y me proporcionara más hámsters para mí”, pone en contexto a sus seguidores.
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Ocurre que en aquella misiva retrató aquella obsesión. “Por eso ese año una de las cosas que pedí fue un hámster”, dice, dándose cuenta ahora de que sus padres percibieron ese detalle y, en consecuencia, decidieron actuar: “Mis padres debieron pensar algo raro y me llevaron al psicólogo”.
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