La comida preparada que venden en los supermercados de EEUU genera impacto: “No voy a decir lo que pienso, me llevan presa”
La ‘influencer’ Carolina Moura ha compartido un vídeo en TikTok con las diferencias entre los supermercados americanos y los españoles.


Los supermercados, más allá de ser simples espacios para abastecerse de alimentos, reflejan hábitos, prioridades y culturas. Comparar los supermercados de Estados Unidos y España revela contrastes marcados que van desde el tamaño de los establecimientos hasta la oferta de productos, el diseño de los pasillos y la presencia (y variedad) de comida preparada.
Esto último es, quizá, lo que más ha llamado la atención de la influencer de viajes Carolina Moura, quien ha alucinado al visitar un supermercado norteamericano con la oferta de comida para llevar y así lo ha reflejado en un vídeo que ha subido a la red social TikTok: “Literalmente, todo pollo frito. No voy a decir lo que pienso porque me llevan presa”, decía.
La joven también se ha mostrado sorprendida con el tamaño “industrial” de los envases de los productos, así como con la gran variedad de oferta de comida basura, desde las diferentes patatas fritas hasta los condimentos para las muchas palomitas que ocupaban los lineales.
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Dos maneras de entender la alimentación
Los supermercados estadounidenses y españoles son reflejo de dos maneras muy distintas de entender la alimentación y el consumo. Mientras que en Estados Unidos se priorizan la cantidad, la conveniencia y la variedad industrial, en España todavía se mantiene una fuerte conexión con los alimentos frescos, locales y tradicionales. Sin embargo, la globalización y los cambios de hábitos están reduciendo algunas de estas diferencias, aunque, por ahora, una visita a un supermercado en cada país sigue siendo una experiencia culturalmente reveladora.
Una de las principales diferencias entre ambos países, como se desprende del vídeo de esta influencer, se encuentra en la cantidad y el protagonismo de la comida basura o ultraprocesada. En los supermercados estadounidenses, los pasillos están llenos de pizzas congeladas, snacks, bebidas azucaradas, cereales con azúcares añadidos y alimentos listos para calentar en microondas. El consumo de este tipo de productos es alto y se refleja en el espacio dedicado a ellos.
En España, aunque este tipo de productos ha crecido en los últimos años, aún tiene una presencia mucho más discreta. La comida preparada suele ser más parecida a platos caseros (croquetas, tortillas, empanadas), y los congelados se centran en verduras, pescado y platos más equilibrados.
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