Virales

Piden tres platos, llega la factura y el dueño del local se defiende arremetiendo contra los turistas “pseudonobles”

Un total de cuatro turistas acudieron al restaurante de Il Refugio dei Naviganti, en el que pidieron pasta con bogavante, a un precio de 759 euros.

Piden tres platos, llega la factura y el dueño del local se defiende arremetiendo contra los turistas “pseudonobles”
Adrián Córdoba
Nació en Madrid en 1998. Graduado en Periodismo (UCM) y Máster en Periodismo y Retransmisiones Deportivas. Llegó al Diario AS en 2020 y ha pasado por las secciones de baloncesto y actualidad, ahora en Tikitakas. Amante del cine, la música, pero sobre todo el baloncesto.
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La ubicación y el contenido de los platos de determinados restaurantes importa, y mucho, sobre todo de cara a su precio. Eso es lo que pensaron cuatro personas que acudieron al restaurante Il Refugio dei Naviganti, de la isla de Ponza, en Italia.

Allí, decidieron pedir un antipasti, cuatro platos de pasta, agua y vino, destacando entre los platos unos scialatielli all’aragosta, que viene a ser pasta con bogavante, y que les salió por 759 euros. Si a eso se le suman las dos botellas de vino que tomaron por 120 euros, y el resto de la comanda, les da una cuenta de 923 euros.

Una cuenta que se ha hecho viral después de que fuese compartida por diversos grupos de WhatsApp, como informa el medio italiano ‘La Repubblica’. Un viral que llegó a enfadar a los isleños, pues se habló incluso de una denuncia de parte de estos turistas.

El mismo propietario, Mario Coppa, se ha decidido a contestar a la denuncia de los turistas: “La langosta estaba viva. ¡Incluso la enseñamos en la mesa! La langosta cuesta dinero. Llevamos los animales vivos a la mesa, mostramos su peso y su precio: no hay nada oculto“.

Incide en que seguramente sea todo parte de un malentendido, pues deberían ser conscientes de lo que están pagando: “Creo que sé de qué mesa se trata. No estaba allí cuando se quejaron, por eso mi equipo hizo un descuento. También tenemos platos por 15-20 euros. Pero si pides langosta, ya sabes lo que te espera”.

Hay clientes que se comportan como buenas personas y luego se enfadan por el precio. Es una pena. Incluso intentamos evaluar quién puede permitirse un plato así, pero no siempre lo conseguimos“.

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Por ello, plantea que si alguien quiere ir al paraíso de la langosta, debería preguntar antes o informarse de los precios por los que ronda en ese momento.

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