Primeras imágenes de Kristin Cabot, la ejecutiva de Astronomer, tras el concierto de Coldplay
Tras ser señalada por la ‘kiss cam’ junto con el CEO, Andy Byron, ha sido localizada por el ‘Daily Mail’ sin su anillo de casada en la mano.
Si hay un vídeo que ha dado la vuelta al mundo en los últimos días ese es el del consejero delegado de la empresa Astronome, Andy Byron, pillado por la kiss cam con la responsable de recursos humanos de su empresa, Kristin Cabot, en actitud cariñosa y cómplice durante un concierto de Coldplay en Massachusetts el pasado 16 de julio. Un momento que se ha convertido en viral por destapar la infidelidad de ambos, quienes que estaban casados.
Tras salir a la luz, las consecuencias no se hicieron esperar. Él dimitió de su cargo como CEO de Astronomer y ella tampoco forma ya parte de la compañía, cuyas normas sobre relaciones entre empleados son muy estrictas, ya que no las permiten si estas no son públicas. Además, la esposa de Byron, Megan Kerrigan, quien se borró su apellido de casada de las redes sociales antes de eliminar su perfil de Facebook, ha puesto tierra de por medio con el ejecutivo y se ha mudado a su segunda residencia para tratar de esconderse del foco de la prensa.
Y, por su parte, en el matrimonio de Kristin con Andrew Cabot, CEO de Privateer Rum, una empresa del sector del ron, las cosas tampoco estarían yendo bien, tal y como se desprende de las primeras imágenes de la exgerente de recursos humanos después de destaparse la deslealtad: y es que la exejecutiva de Astronomer ya no luce su anillo de casada.
Localizada
El Daily Mail es el periódico que ha localizado a Kristin Cabot tras el escándalo de la kiss cam. Esta ha sido vista por primera vez en el jardín de su casa tras renunciar el jueves a su cargo en la compañía de software, que, en una jugada maestra para su comunicación, ha contratado a Gwyneth Paltrow, exmujer de Chris Martin, cantante de Coldplay, como portavoz.
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En las imágenes, se puede ver a Cabot sola, sin su anillo, regando las plantas con una manguera en el jardín de su lujosa casa en Rye, New Hampshire. Para preservar su intimidad, en la vivienda han aparecido también unos carteles de “Prohibido el paso”. Su todavía marido, de 60 años y heredero de una gran fortuna familiar, no se encuentra en el domicilio.
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