Un español va a una heladería de Corea y no se sabe si lo más flipante es el precio o lo de los dependientes
El tiktoker Arucinante no dio crédito al entrar en un pequeño comercio de Seúl por su sofisticada tecnología de pago.


Seúl tiene cerca de nueve millones y medio de habitantes, cifra que adquiere todavía una mayor dimensión si se compara con la de su área metropolitana, que suma más de 25.000.000, lo que supone que más de la mitad de la población de Corea del Sur vive en esta región. Y, aun así, el tiktoker Arucinante no fue capaz de encontrar un dependiente cuando acudió en su último día en la urbe a comprarse un helado.
Tiene truco. El creador de contenido, que acumula tres millones y medio de seguidores en la mentada red social, quiso compartir con su comunidad la curiosa manera que algunas tiendas tienen de atender a sus clientes. “Último día en Seúl y vamos a una tienda. Precisamente, a una heladería que no tiene dependiente. O sea, yo estoy flipando”, inicia la publicación en la que enfrasca dicha rareza.
Un “montón de helados” a precio regalado
Primeramente muestra el “montón de helados” que hay en las neveras, así como el “montón de cosas para picar”, que pone en contraste con que, pese a ello, no hay “nadie que te atienda”. Entonces se acerca a un refrigerador y se toma su tiempo para elegir la opción que consumirá, optando por uno de chocolate y tofe y otro de únicamente tofe.
En tu ciudad funcionaria está heladería?
Cuando parece que no va a adquirir nada más, se gira y abre otra nevera. “Vale. Hay aquí uno de los peces, de estos peces que me llaman mucho la atención. Y me voy a llevar uno con unas bolitas de chocolate y otro con caramelo”, muestra. Cuando va a pagar, labor que realiza pasando los productos por un lector, no oculta su sorpresa por el precio: “Me queda 4.400, que eso equivale a unos dos euros y medio. Y vamos a pagar en efectivo”.
En el pie de publicación pregunta a sus seguidores si creen que esta heladería funcionaría en su ciudad. Y la inmensa mayoría de respuestas no hacen sino ver esa opción como un ‘imposible’ por el lastre de la delincuencia. “Me da risa que la gente hable con orgullo de que en su país no duraría ni un segundo una tienda así. Por eso estamos como estamos”, zanja un usuario, levantando un aluvión de aplausos.
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